Sevilla 2-0 Getafe: Triunfo de fe forjado desde la casta

Día de fiesta en la 'Bombonera'. Tiene muy buena pinta este Sevilla. Siempre compite. Y ante el Getafe, además, tuvo colmillo. No fue sencillo. Nadie pensó que lo fuese. Pero los de Nervión supieron madurar el partido y asestar el golpe en una gran segunda mitad. Todo con mucha intensidad. También con fútbol. Con todos enchufados y a rayando a gran nivel en un equipo que marcha quinto y está metido de lleno en la pelea por los puestos de cabeza. Lógico que el sevillismo disfrute.
Con el once tipo de vuelta, ‘adelantado’ por el propio Lopetegui con sus rotaciones europeas, el Sevilla encontró en el Getafe el duro hueso que todos esperaban. El arranque fue un espejismo. En dos minutos, uno y otro equipo ya se habían plantado en el área rival con cierto peligro, protagonizando Chicharito la llegada nervionense con un disparo cruzado desde la frontal que atajó Soria, tras un pase filtrado de Nolito.
Pero ese fulgurante comienzo no tuvo continuidad. En su lugar, faltas, interrupciones y pierna dura en cada acción, sin jugarse a nada. Mejor dicho sí, a lo que quería el Getafe, que tejía una tela de araña pero tampoco se aculaba, adelantando su defensa para que todo sucediese en muy pocos metros, sin dejar ni un centímetro libre.
Todo era muy táctico. Mucho orden y poca chispa. El Sevilla tenía más el balón, sí, pero superar la línea de presión azulona era una misión casi imposible. Además, el cuadro madrileño tapaba muy bien las bandas. Y eso lo acusaban mucho los de Lopetegui, que optaban en su lugar por buscar pases interiores, como el de Banega que acabó con el chut de Chicharito en la cruceta, si bien la acción ya estaba invalidada.
También así llegó en el 20’ el disparo de Ocampos, que controló un balón servido por Nolito, recortó y la mandó alto. No había aparecido el argentino hasta el momento. Tampoco Navas. Y eso no puede ser buena noticia para un conjunto sevillista que tampoco sufría, aunque el Getafe siempre se mantiene vivo, respondiendo acto seguido con una rápida salida que finalizó Jason con un remate lejano.
En un partido tan trabado, aunque atractivo por el ímpetu de ambos contendientes, había que proponer algo más. Y mediado el primer acto, el Sevilla subió sus revoluciones, en gran medida al reactivar la sociedad Navas-Ocampos, pues de la banda zurda no había noticias.
Tuvo en esta fase Nolito, superada la media hora, dos buenas ocasiones muy similares. En ambas despejó sus disparos un seguro David Soria.
No hubo mucho más hasta el asueto. Sólo un disparo alto de Jaime Mata y un par de incursiones precipitadas de Ocampos, síntoma de esa falta de claridad en los ataques que merman la capacidad anotadora sevillista, que no atañe exclusivamente a la puntería de sus delanteros.
Hacía falta darle un giro de tuerca a la situación. Y el Sevilla se la dio tras el descanso. Ahora sí, pisó el acelerador y fue de verdad al cuello de su rival, explotando su espectacular banda diestra para generar muchísimo peligro. Todo se hacía a más velocidad, la presión alta funcionaba a la perfección, y si no, ahí estaba imperial Fernando para arreglarlo todo. Y así, empequeñeció al monstruo que parecía el Getafe y lo arrinconó en su guarida. El gol tenía que caer por su propio peso. Pero Chicharito falló una ocasión clarísima en el 52’. Se le hizo gigante Soria tras recibir un gran pase de Banega.
La siguiente, del propio argentino, se fue al palo diez minutos después. Pero el Sevilla no desesperaba en su intento y la grada se lo agradecía. Rugía Nervión entre otro disparo de Ocampos al lateral de la red o un cabezazo flojo de Koundé tras el córner. El vendaval sevillista ya no tenía freno ante un Getafe al que se le veía sufrir, desarbolado y sin argumentos para zafarse del dominio nervionense.
Sólo faltaba el gol. En realidad, lo más importante, lo único tangible que marca la diferencia en este deporte. Por suerte, llegó, y esta vez no hubo que esperar al epílogo, como ante el Levante. Chicharito sí acertó tras un genial pase con el exterior de Óliver Torres en el minuto 69 y el Sánchez-Pizjuán estalló.
Quedaba un mundo. Pero el Sevilla no bajó el pistón, aún con los dientes apretados para morder. La calidad de Ocampos para definir tras un buen servicio de Navas hizo el resto. 2-0 y tres puntos de oro al zurrón.
Sólo al final, con la relajación ya instalada, el Getafe salió de su campo y gozó de hasta tres disparos, dos de ellos bien resueltos por Vaclik. Ahora, sin respiro, otro duro test en Mestalla.
- Ficha técnica:
2 - Sevilla: Vaclík; Jesús Navas, Koundé, Diego Carlos, Reguilón; Ocampos, Fernando, Éver Banega, Jordán (Franco Vázquez, m.69), Nolito (Óliver Torres, m.58); y Chicharito (De Jong, m.81).
0 - Getafe: David Soria; Nyom (Olivera, m.54), Cabrera, Etxeita, Raúl Carnero (Kenedy, m.75); Jason, Arambarri, Maksimovic, Cucurella; Molina (Ángel, m.60) y Mata.
Goles: 1-0, M.70: Chicharito. 2-0, M.78: Ocampos.
Árbitro: José María Sánchez Martínez (Comité murciano). Amonestó a los locales Éver Banega (m.14), el segundo entrenador, Pablo Sanz (m.46+), al delegado de campo, Juan Martagón (m.81), y Ocampos (m.89), y a los visitantes Jason (m.18), Mata (m.23) y Olivera (m.71).
Incidencias: Partido de la décima jornada de LaLiga Santander disputado en el estadio Ramón Sánchez Pizjuán ante algo más de 38.000 espectadores. Antes del encuentro se guardó un minuto de silencio por el fallecimiento de José Castro Romero, padre del presidente del Sevilla, José Castro.
Con el once tipo de vuelta, ‘adelantado’ por el propio Lopetegui con sus rotaciones europeas, el Sevilla encontró en el Getafe el duro hueso que todos esperaban. El arranque fue un espejismo. En dos minutos, uno y otro equipo ya se habían plantado en el área rival con cierto peligro, protagonizando Chicharito la llegada nervionense con un disparo cruzado desde la frontal que atajó Soria, tras un pase filtrado de Nolito.
Pero ese fulgurante comienzo no tuvo continuidad. En su lugar, faltas, interrupciones y pierna dura en cada acción, sin jugarse a nada. Mejor dicho sí, a lo que quería el Getafe, que tejía una tela de araña pero tampoco se aculaba, adelantando su defensa para que todo sucediese en muy pocos metros, sin dejar ni un centímetro libre.
Todo era muy táctico. Mucho orden y poca chispa. El Sevilla tenía más el balón, sí, pero superar la línea de presión azulona era una misión casi imposible. Además, el cuadro madrileño tapaba muy bien las bandas. Y eso lo acusaban mucho los de Lopetegui, que optaban en su lugar por buscar pases interiores, como el de Banega que acabó con el chut de Chicharito en la cruceta, si bien la acción ya estaba invalidada.
También así llegó en el 20’ el disparo de Ocampos, que controló un balón servido por Nolito, recortó y la mandó alto. No había aparecido el argentino hasta el momento. Tampoco Navas. Y eso no puede ser buena noticia para un conjunto sevillista que tampoco sufría, aunque el Getafe siempre se mantiene vivo, respondiendo acto seguido con una rápida salida que finalizó Jason con un remate lejano.
En un partido tan trabado, aunque atractivo por el ímpetu de ambos contendientes, había que proponer algo más. Y mediado el primer acto, el Sevilla subió sus revoluciones, en gran medida al reactivar la sociedad Navas-Ocampos, pues de la banda zurda no había noticias.
Tuvo en esta fase Nolito, superada la media hora, dos buenas ocasiones muy similares. En ambas despejó sus disparos un seguro David Soria.
No hubo mucho más hasta el asueto. Sólo un disparo alto de Jaime Mata y un par de incursiones precipitadas de Ocampos, síntoma de esa falta de claridad en los ataques que merman la capacidad anotadora sevillista, que no atañe exclusivamente a la puntería de sus delanteros.
Hacía falta darle un giro de tuerca a la situación. Y el Sevilla se la dio tras el descanso. Ahora sí, pisó el acelerador y fue de verdad al cuello de su rival, explotando su espectacular banda diestra para generar muchísimo peligro. Todo se hacía a más velocidad, la presión alta funcionaba a la perfección, y si no, ahí estaba imperial Fernando para arreglarlo todo. Y así, empequeñeció al monstruo que parecía el Getafe y lo arrinconó en su guarida. El gol tenía que caer por su propio peso. Pero Chicharito falló una ocasión clarísima en el 52’. Se le hizo gigante Soria tras recibir un gran pase de Banega.
La siguiente, del propio argentino, se fue al palo diez minutos después. Pero el Sevilla no desesperaba en su intento y la grada se lo agradecía. Rugía Nervión entre otro disparo de Ocampos al lateral de la red o un cabezazo flojo de Koundé tras el córner. El vendaval sevillista ya no tenía freno ante un Getafe al que se le veía sufrir, desarbolado y sin argumentos para zafarse del dominio nervionense.
Sólo faltaba el gol. En realidad, lo más importante, lo único tangible que marca la diferencia en este deporte. Por suerte, llegó, y esta vez no hubo que esperar al epílogo, como ante el Levante. Chicharito sí acertó tras un genial pase con el exterior de Óliver Torres en el minuto 69 y el Sánchez-Pizjuán estalló.
Quedaba un mundo. Pero el Sevilla no bajó el pistón, aún con los dientes apretados para morder. La calidad de Ocampos para definir tras un buen servicio de Navas hizo el resto. 2-0 y tres puntos de oro al zurrón.
Sólo al final, con la relajación ya instalada, el Getafe salió de su campo y gozó de hasta tres disparos, dos de ellos bien resueltos por Vaclik. Ahora, sin respiro, otro duro test en Mestalla.
- Ficha técnica:
2 - Sevilla: Vaclík; Jesús Navas, Koundé, Diego Carlos, Reguilón; Ocampos, Fernando, Éver Banega, Jordán (Franco Vázquez, m.69), Nolito (Óliver Torres, m.58); y Chicharito (De Jong, m.81).
0 - Getafe: David Soria; Nyom (Olivera, m.54), Cabrera, Etxeita, Raúl Carnero (Kenedy, m.75); Jason, Arambarri, Maksimovic, Cucurella; Molina (Ángel, m.60) y Mata.
Goles: 1-0, M.70: Chicharito. 2-0, M.78: Ocampos.
Árbitro: José María Sánchez Martínez (Comité murciano). Amonestó a los locales Éver Banega (m.14), el segundo entrenador, Pablo Sanz (m.46+), al delegado de campo, Juan Martagón (m.81), y Ocampos (m.89), y a los visitantes Jason (m.18), Mata (m.23) y Olivera (m.71).
Incidencias: Partido de la décima jornada de LaLiga Santander disputado en el estadio Ramón Sánchez Pizjuán ante algo más de 38.000 espectadores. Antes del encuentro se guardó un minuto de silencio por el fallecimiento de José Castro Romero, padre del presidente del Sevilla, José Castro.