Eibar, Athletic y Real Sociedad. Esos tres y por ese mismo orden son los
tres apellidos vascos de la Champions que persigue el
Sevilla FC de Julen Lopetegui, natural de Asteasu (Guipúzcoa) y ex de los leones, que puede dar un
paso de gigante hacia sus objetivos marcados si vence a los armeros hoy,
a las 22:00 horas en el Sánchez-Pizjuán, justo antes de visitar Bilbao el jueves (
sin Raúl García ni Yeray) y de ir a San Sebastián la semana que viene, en la penúltima jornada del campeonato. Entre medias recibirá en Nervión a un casi desahuciado Mallorca y terminará LaLiga contra un Valencia a la deriva.
En estas cinco últimas citas, el Sevilla
se jugará su plaza para la máxima competición continental y, al mismo tiempo será
juez de la séptima posición (la última de las de Europa League), a la que aspiran los conjuntos aurinegro, rojiblanco y 'txuri-urdin'. Al norte, los blanquirrojos limitan con un hueso. El
Atlético de Madrid está en un
excelente momento de forma y cuenta, por qué no decirlo, con las
ayudas necesarias para mantener la tercera posición ('penaltitos' mediante), pero aún está a tiro.
El Sevilla
no puede fallar en una jornada propicia. El quinto, el
pujante Villarreal, fue goleado por el Barcelona (1-4) y un triunfo ante el Eibar dejaría un
colchón de seis puntos. Además, el
Getafe, sexto,
no pasó del empate sin goles ante Osasuna y lo alejaría a siete de distancia. Es decir, sumar los tres puntos esta noche supondría dejar casi sentenciada la cuarta plaza y continuar a sólo dos unidades de recuperar su cajón en el
podio de LaLiga. Segundo mejor visitante de Primera división sólo por detrás del Real Madrid, a este Sevilla le viene costando sacar adelante los
partidos en casa, con y sin público, pues ha sido una constante durante todo el curso. Hoy tratará de equilibrar esos números ante el siempre competitivo conjunto armero. Lo tendrá que hacer
sin el sancionado Koundé y con
cierta desconfianza en las rotaciones tras las experiencias fallidas ante Levante y Villarreal. En La Cerámica fue titular
Sergi Gómez, que sólo duró 45 minutos antes de que Lopetegui rescatase a Navas y devolviese al eje al galo, cada día más simbiótico con Diego Carlos. Hoy, si Gudelj no lo remedia, tendrá la oportunidad de resarcirse. En la izquierda hay menos problemas, pues
Escudero y Reguilón sí están manteniendo un nivel de rendimiento similar.
De Jong, a priori, volverá a ser la referencia ante una zaga experta en el cuerpo a cuerpo; aunque las características de En-Nesyri -con la pólvora mojada desde el parón- vienen bien para atacar con pases filtrados al espacio a una defensa generalmente adelantada y no especialmente veloz.
Ocampos y Munir a día de hoy no tienen competencia en sus puestos. Tienen gol y exuberancia física para suponer una amenaza constante con la pelota en su poder y abnegados trabajadores sin la posesión, vitales en la presión tras pérdida.
Suso ha perdido su sitio y Rony Lopes nunca se lo ganó. Así, Lopetegui tiene
complicado rotar en los extremos.
Todo lo contrario ocurre en el centro del campo, donde Fernando, el propio Gudelj o Joan Jordán son garantes del
equilibrio y la
solidez que caracterizan a este Sevilla; mientras que Banega y Óliver Torres (también el Mudo, con otro estilo) dotan de
lucidez al juego de un equipo que quiere tener el balón y sabe lo que quiere hacer con él. Todos están en buena forma y a un gran nivel, por lo que el abanico de opciones es bastante amplio ahí.
Jose Luis Mendilibar, por su parte, sólo cuenta con las
bajas por lesión de Arbilla y Ramis; pero ya ha advertido de que
seguirá rotando a su equipo, que reside en una zona tranquila de la tabla. Juegue quien juegue, el Eibar siempre
exige una concentración máxima y altos niveles de intensidad durante los 90 minutos. Castiga cualquier error, saca mucho provecho de su viveza y contundencia en las disputas y es capaz de encontrar petróleo en la acción más inesperada. Desgasta con constantes centros laterales y es especialista en hacer 'un
Rocky Balboa': encajar, estoico e impasible, una incesante batería de golpes mientras espera su momento para soltar un mamporro definitivo.
Baste como
inmejorable ejemplo gráfico el partido de la primera vuelta en
Ipurua, en el que a falta de 20 minutos el Sevilla ganaba 0-2 y acumulaba sobrados méritos para golear; pero que acabó con triunfo armero por 3-2 ante un conjunto nervionense por entonces pletórico en una Liga que llegaron a liderar y con un sistema defensivo impenetrable en el arranque de la temporada. El Eibar parecía desfallecer y le tumbó. Con esto queda todo dicho. A buen seguro, Lopetegui,
desconfiado y meticuloso por naturaleza, se habrá encargado de
martillear al vestuario con esta lección aprendida. En juego está
medio billete para la Champions.
- Alineaciones probables:
Aitor Torvisco6 min lectura