Djokovic, por debajo de Nadal en su retirada
El final de Novak Djokovic se acerca, o al menos eso es lo que se pueden extraer de sus números esta temporada, puesto que se asemejan mucho a los que hizo Rafa Nadal el año pasado en su 'gira de despedida' del tenis profesional

El adiós de los grandes en el tenis no es ni mucho menos algo fácil de sobrellevar. Realmente ni en el tenis ni en cualquier deporte, pues siempre cuesta decir adiós a las leyendas. Pero en el caso del deporte de la raqueta es tal la superioridad que durante las últimas décadas han mostrado Roger Federer, Rafa Nadal y Novak Djokjovic, que ver como poco a poco se apaga su llama es cuanto menos chocante. Y es que ya solo queda uno, el serbio, a quien por cifras se le puede considerar el mejor de todos, pero al que esas mismas cifras invitan a pensar en un doloroso adiós.
El 2025 de Nole está siendo un año malo, muy malo, aunque si que ha podido dejar grandes victorias. Sobre todo al principio de curso, cuando llegó a semifinales del Open de Australia ganando a Carlos Alcaraz en cuartos. A partir de ahí todo fue a peor, precisamente por una lesión que se produjo en ese duelo y le obligó a retirarse contra Zverev. La vuelta tras el contratiempo ha sido dramática. Quitando la final de Miami, ha sufrido derrotas inesperadas en Doha, Indian Wells, Montecarlo y Madrid, tanto que su porcentaje de victorias no es un buen augurio de una recuperación milagrosa.

Hasta ahora ha ganado el 63,1% de los partidos que ha jugado, una cifra que dista mucho de la una leyenda de ese nivel y que recuerda mucho al ocaso de su gran rival. El año pasado en su última campaña como profesional, Rafa Nadal ganó el 60% de sus duelos al final de la campaña, pero en el tramo que vivimos actualmente tenía cifras incluso superiores a las del serbio. Eso sí, no estamos hablando de casos análogos, pues el español estaba más martirizado físicamente.
Lo que viene para Djokovic
Salir del tremendo bache que atraviesa el de Belgrado no va a ser fácil. Sus últimas apariciones han sido dramáticas, muy lejos de ese jugador que se levitaba sobre la pista y con evidentes signos de decadencia física. Aún lo va a seguir intentando y de cara a Roland Garros o Wilbledon habrá que tenerle al menos en cuenta. De hecho, de cara a París ha optado por apuntarse al torneo de Ginebra, una semana antes de llegar al Bosque de Bolonia, para tratar de coger ritmo. El problema es que ahora mismo cuesta mucho imaginárselo afrontando durísimos partidos a cinco sets en la capital gala.