Francisco Salas3 min lecturaCarlos Alcaraz es un jugador que cuando se siente cómodo en un torneo se le nota y mucho, pues eleva su nivel de juego hacia cotas muy muy altas y suele ganarlo de forma repetida. Lo hemos visto en Wimbledon, donde los dos últimas ediciones han caído de su lado; en el Conde de Godó, en el que solo una lesión le apartó de luchar por el triplete; o en Indian Wells, en el que tras ganar en 2023 y 2024 este curso va a ir a por el tercer título seguido, sin embargo, de primeras se va a encontrar con una diferencia muy grande y que le puede lastrar mucho.
Para empezar hay que destacar la diferencia del evento del desierto de Coachella respecto a otros torneos de pista rápida de Estados Unidos, pues las condiciones atmosféricas y la situación geográfica hacen que el bote de la pelota y el estilo de juego se parezca casi más a la tierra batida que a la pista rápida. Esto ha llevado a lo largo de los años a quejas, como las de Daniil Medvedev la pasada edición, cuando dijo que era la pista más lenta en la que había jugado en su carrera. Por eso mismo la organización ha tomado una decisión que le puede venir muy mal a Carlos Alcaraz.
El gran cambio no es otro que el de la superficie, pues hasta ahora se ha jugado sobre una pista Plexicushion, pero desde este 2025 se hará en una de Laykold. Esta última es la que más se suele usar en Estados Unidos, o al menos en los grandes eventos 'yankees', como el US Open o el Masters 1000 de Miami. La de Laykold es una pista más rápida, en la que la bola bota menos y que al contacto con ella responde más rápido, ya que la fricción que genera es inferior.
La gran ventaja que tenía Alcaraz aquí era que el bote de la pelota solía ser muy alto y la pista más lenta que de normal, es decir, las condiciones en las que mejor puede jugar, sin embargo, ya no será más así. A partir de ahora será como en torneos donde también lo ha hecho muy bien, pues ha ganado los mencionados, pero no es capaz de tener tanta superioridad como hasta ahora en California. Por ejemplo, en el recuerdo queda aquella final del año pasado ante Jannik Sinner, donde remontó a base de jugar con mucha altura y peso, descolocando por completo al transalpino.