¿Por qué algunos jugadores gritan al golpear la pelota en el tenis? Técnica o sufrimiento
Durante toda la historia del tenis se ha observado tanto en las categorías masculina y femenina un gesto muy habitual en los jugadores, se trata del grito, el cual puede tener origen en muchos motivos

Para todas las personas que consumen el tenis ven como en un partido si y en otro también, el grito está presente en cada uno de los encuentros y de manera constante ya que es un recurso propio de los tenistas en muchas de las jugadas entre las que destaca el saque o una devolución de una pelota, en definitiva, el grito acompaña en muchos tenistas cada uno de sus golpeos.
Realmente se desconoce que haya una causa que motive este acto ya que pueden ser varias y todas ellas relacionadas con el propio encuentro. Algunas de ellas pueden ser nervios, chute de adrenalina, ganar en confianza o despistar al adversario. Las razones, al igual que los rituales en la pista, pueden ser varias. El caso es que aunque sea una técnica realizada o no con consciencia, tiene influencia en el juego.
La cuestión es si funciona pero es evidente que actúa como refuerzo psicológico que el da al tenista un apoyo invisible que le ayuda durante el choque. Lo más seguro es que el grito vaya acompañado de una potencia añadida a pelota que al final al cabo, la hace más difícil de responder por parte del contrario.
Un grito que es más importante de lo que se cree
Aunque pueda parecer que no, el grito es algo tan importante y recurrente que hasta incluso ha llegado ha llegado a superar los límites de decibelios recomendados por la Organización Mundial de la Salud. Por comparar: la entidad internacional estipula que en el interior de un concierto o espectáculo el máximo no debe pasar de los 70 dB. Un chillido de María Sharapova alcanzó los 105 en el 2009.
Otro ejemplo de la repercusión del grito ocurrió con el ya ex jugador Rafa Nadal, el cual disputaba un encuentro de Wimbledon frente a Lorenzo Sonego. La lluvia fue protagonista en ese partido ya que irrumpió con fuerza. Fue en ese preciso instante cuando el ex tenista mallorquín se acercó al juez de silla y llamó al italiano a la red para quejarse por los gritos de este. Nadal no se refería a la intensidad de los chillidos, sino a la duración, la cual llegó a interpretar como una forma de desconcentrarle.

Es cierto que investigadores han llegado a la conclusión sobre la variación del grito de los jugadores, el cual puede verse modificado por las situación del encuentro. Dicha investigación determinaba que los gruñidos de los profesionales eran más fuertes y altos durante los partidos que perdían frente a los que ganaban.
Según los expertos, al emitir un grito, el jugador expulsa aire cuando contrae el abdomen, lo que permite golpear la pelota con mayor fuerza y velocidad. Por lo que se puede concluir que es más una técnica (voluntario o no) que sufrimiento.