El drama oculto de Dimitrov: nadie sufre tanto como él en los Grand Slams
El búlgaro vive un momento crítico en su carrera: Wimbledon se suma a una racha negativa en los majors

Grigor Dimitrov ha encendido todas las alarmas al convertirse en el protagonista de una racha estremecedora: cinco retiros consecutivos en torneos del Grand Slam. El último drama se vivió en Wimbledon, donde el búlgaro tuvo que abandonar debido a una lesión muscular en su encuentro ante Sinner.
El mal trago se repite en Londres
Dimitrov salió al césped del All England Club decidido a recuperar sensaciones, pero apenas cumplió dos juegos, justo cuando estaba mostrando un gran nivel de tenis. Una molestia en el muslo derecho le obligó a parar, evidenciando que el problema físico ya no es algo puntual, sino una constante que arrastra desde Roland Garros. Este retiro se suma a los abandonos en los cuatro Grand Slams anteriores, agravando una situación que preocupa tanto a su equipo como a sus fans.
Sus seguidores recuerdan al Dimitrov que deslumbró en 2017, año en que llegó a semifinales en Wimbledon y ganó el torneo de Cincinnati. Hoy ese jugador parece lejano y sufre para mantenerse competitivo en la élite del circuito. Su entrenador, en declaraciones a prensa acreditada, reconoció que no solo es una lesión más, sino una señal de alerta que hay que abordar en profundidad.
Un ciclo de bajas de larga duración
El abandono en Wimbledon marca la quinta retirada seguida de Dimitrov en torneos mayores. Tras su eliminación en cuartos del US Open 2022 debido a una lesión en la espalda, siguieron su ausencia en Australia 2023, Roland Garros 2023, el Open USA 2023 y el Abierto de Australia 2024. Ninguno de esos retiros le permitió avanzar ni siquiera un set completo, confirmando que algo más serio que simples molestias le está frenando.
Su equipo médico estudia la posibilidad de que haya una lesión crónica o un desajuste físico profundo que requiera cirugía. El calendario que viene será clave para tomar decisiones. Las pruebas post‐Wimbledon definirán si sigue en activo o detiene su actividad para recuperarse sin prisas.
¿Final de etapa o nuevo comienzo?
El drama de Dimitrov invita a varias reflexiones. Por un lado, se plantea si el búlgaro seguirá compitiendo a alto nivel o si deberá replantearse su calendario e incluso su presencia en Slams. Por otro, abre la puerta a una posible transformación en su juego: ¿podría reinventarse sobre césped u otras superficies menos exigentes físicamente?
Sin duda, Wimbledon ha marcado un punto de inflexión. Si Dimitrov confirma una lesión crónica, la prioridad para los próximos meses será restaurar su cuerpo y mente. Si logra revertir esta espiral negativa, quizás reemprenda una segunda fase de su carrera con renovadas ambiciones.