Rafa Nadal se queda para la eternidad en Roland Garros

Rafa Nadal ha recibido un merecido homenaje en Roland Garros, donde incluso Djokovic, Federer y Murray han estado presentes, y en el que se ha desvelado una placa con su huella y su nombre que quedará para siempre en la Philippe Chatrier

Rafa Nadal se queda para la eternidad en Roland Garros
Rafa Nadal en su acto de despedida en el Roland Garros - @rolandgarros

En la historia del tenis no ha habido, ni probablemente habrá, una conexión tan grande como la que han tenido Rafa Nadal y la Philippe Chatrier (o Roland Garros en general). El astro manacorí se retiró en noviembre del año pasado, pero antes de eso dejó su impronta durante dos décadas de carrera en la que logró muchos éxitos, especialmente en la tierra batida del Bosque de Bolonia, donde levantó 14 Copas de los Mosqueteros. Así que este año, en la primera edición en la que no participa, ha recibido un homenaje muy merecido que deja claro la importancia que ha tenido estos años.

Los homenajes de despedida a Rafa siempre habían estado supeditas a partidos o resultados y nunca había tenido uno en el que de verdad poder parar y de forma tranquila y relajada dar pábulo a los agradecimientos. Tanto de él hacia su gente y la afición, como al revés. Y este domingo, en la primera jornada del evento, ha sido el momento perfecto para llevarlo a cabo.No ha faltado nadie, ni su familia, ni sus amigos, ni siquiera sus grandes rivales, Novak Djokovic, Roger Federer y Andy Murray, a los que tantas veces masacró en esta arcilla, pero hoy solo estaban para celebrar su carrera.

Se ha acordado de todo el mundo

Nadal agradeció al público el homenaje confesando lo sentido en su vida en la Philippe Chatrier: "Aquí he disfrutado, sufrido, ganado y perdido" y quiso dar las gracias por haberle "dado la oportunidad de poder decir adiós en el lugar más importante de mi carrera", Rafa se acordó de todo el mundo, pero se paró especialmente en su tío Toni: "Eres la razón por la que estoy aquí. Entrenando, hablando, engañándome, haciéndome reír, llevándome siempre al límite. Lo que hemos vivido no siempre ha sido fácil, pero ha valido la pena. Eres el mejor entrenador que jamás hubiera podido tener".

También se refirió a su familia, a sus dos abuelas, nonagenarias, que estaban en la tribuna, a su esposa que, embarazada, sostenía a su hijo en brazos, y a sus padres y hermana, a quienes agradeció haberle trasmitido "valores de respeto". Y cerró a lo grande: "Gracias Francia, gracias París. Me habéis dado emociones y momentos que nunca habría imaginado, no podéis saber hasta qué punto es emocionante sentirse querido en el lugar que más cuenta para ti".

Poco más tarde Roger Federer, Novak Djokovic y Andy Murray saltaron a la pista: "Significa mucho que estéis aquí, me habéis llevado al límite para poder competir con vosotros". Y para cerrar el tremendo y lacrimógeno momento, el Presidente de la Federación francesa y Amelie Mauresmo, directora del torneo, barrieron una parte de la tierra batida para descubrir una placa con su nombre y su huella, que quedará para siempre en la pista central, dejando su marca para la eternidad.