Sinner, salvado por la sanción
Jannik Sinner está a punto de volver a las pistas tras su sanción por el positivo en clostebol, pero antes ha aprovechado una entrevista en Italia para confesar el calvario que estaba pasando antes del parón y que le estaba llevando a pensar en dejarlo todo

La sanción a Jannik Sinner es uno de los grandes momentos del deporte mundial en lo que va de año. Ya el curso pasado, cuando salió a la luz antes del US Open, alrededor del italiano empezaron a surgir muchos problemas. Las dudas en torno a su figura y al por qué se había librado tras quedar todo en secreto durante meses, sumadas al ya de por sí enrevesado caso, hicieron que las voces críticas proliferaran. No fueron pocos los tenistas que se quejaron por el sistema de sanciones, mucho más agresivo con otros, pero al final, cuando estaba a la espera del TAS, acordó parar obligado tres meses, en periodo que acaba en el Masters 1000 de Roma de la semana que viene.
Sin embargo, lejos del calvario que podría suponer esto para muchos profesionales, en su caso le ha venido incluso bien. Ya no solo a nivel deportivo, pues con el triunfo en el Open de Australia, sumado al irregular rendimiento de sus grandes rivales en este tramo, ha mantenido sin problemas el número 1 mundial. Pero también a nivel personal, pues como ha confesado en una entrevista a los medios italianos, parar le 'salvó' de sí mismo.
Un nuevo Jannik
El de San Cándido ha confesado que antes del Open de Australia estaba pasando por un momento complicado por lo que había generado su positivo en clostebol en lo relativo a su relación con el resto de jugadores. "En Australia no me sentía muy cómodo en los vestuarios o en el restaurante, los jugadores me miraban de forma diferente y realmente no me gustaba". De hecho, tal era su sufrimiento que se planteó si realmente vivir el tenis de esa manera era realmente lo que quería hacer el resto de su vida y le entraron las dudas.

En ese momento pensó en tomarse un poco de tiempo alejado de las pistas, de hecho, por eso decidió dar un paso al lado y saltarse el torneo de Rotterdam, donde Carlos Alcaraz triunfó. Y después se confirmó su sanción de tres meses, que aunque no quería que fuera así, pues tres meses son "demasiados", en ese momento, si que le "hizo bien". "Necesité un poco de tiempo diferente, con los amigos, dando prioridad a las personas que me quieren”. Y una vez cumplido el plazo y sobre todo, recuperado mentalmente, va a volver a la realidad la semana que viene, en 'casa', disputando el Masters 1000 de Roma, antes de llegar a Roland Garros en unas semanas.