El motivo por el que están cerrando los bares en Andalucía
La falta de planificación económica y toda la burocracia necesaria para llevar adelante un negocio es el principal problema

Emprender en España no es fácil, nunca lo ha sido, y a este ritmo parece que nunca lo será. Declararse como trabajador autónomo supone un verdadero reto en muchos sentidos. El primero es principalmente burocrático. Es necesario iniciar un gran papeleo para poder tener un restaurante debido a todas las licencias exigidas respecto al manejo de alimentos entre otros. El segundo sin duda es económico, la tasa de autónomo supone una verdadera molestia para muchos negocios sobre todo cuanto están empezando. Una vez que ya se ha abierto el local, que se ha conseguido superar todos los trámites previos, mantener todo en regla en un restaurante sigue siendo un verdadero laberinto. Es por eso por lo que en muchos casos se recomienda tener una asesoría que guíe todos los trámites necesarios y controle también el gasto y demás cuestiones. Pero en la gran mayoría de casos esto no se puede cumplir porque precisamente se intenta reducir gastos de todos los lugares posibles para rentabilizar el negocio. Eso explica porqué la planificación financiera es uno de los factores más importantes a la hora tener éxito.
Una rentabilidad cuestionada
El 55% de los restaurantes de Andalucía cierran por problemas con esta planificación y por los gastos de la apertura, según el Estudio sobre el Emprendimiento en la Restauración en España. Es cierto que este informe plantea otros motivos por los cuales los restaurantes cierran como pueden ser la ausencia de personal cualificado o la falta de un correcto estudio de mercado. Sin embargo, queda claro que el problema principal es esa planificación financiera. De igual manera en mayoría de casos abrir un restaurante se ve como casi un proyecto de vida en el que el emprendedor está lleno de ilusión.
En esa ilusión, la rentabilidad también es un objetivo importante y las preocupaciones de los hosteleros se ciernen sobre todo en la competencia del mercado, pero en segundo lugar en la gestión de regulaciones y permisos, así como los mencionados costes de apertura que son muy elevados. Es cierto que todos los retos pueden suponer un cierto quebradero de cabeza para los hosteleros, pero la burocracia en todas sus tipologías es una de las principales. De hecho, una amplia mayoría plantea que gestionar las condiciones laborales es una de las mayores preocupaciones sobre todo por lo que puede suponer, después de todo el esfuerzo necesario para abrir un local, que pueda verse afectado por cuestiones de este tipo.