El paraíso escondido en Málaga que conquistó Verano Azul
La Playa de Calahonda es uno de los lugares más fotografiados de Málaga y uno de los destinos obligados para los amantes del mar y la nostalgia

Con la llegada del verano llega también la nostalgia de aquellos días en los que encender la televisión era sinónimo de Verano Azul. En el corazón de Nerja y bajo el emblemático Balcón de Europa se esconde un trozo de paraíso que fusiona historia televisiva y belleza mediterránea: la playa de Calahonda. Sus aguas cristalinas, el olor a salitre y el murmullo de las olas fueron testigos del rodaje de la serie que marcó a toda una generación.
Este arenal está flanqueado por antiguas casas de pescadores y barcas varadas, convirtiéndose en uno de los lugares más fotogénicos de la Costa del Sol. Décadas después del rodaje de la serie sigue atrayendo a viajeros, fotógrafos e influencers en busca de ese paisaje que parece sacado de una postal caribeña pero con esa esencia andaluza única.
Aguas turquesas y recuerdos eternos
Para llegar a Calahonda primero hay que descender por el pintoresco Boquete de Calahonda, un estrecho pasadizo que desemboca en unas escaleras en zigzag. A medida que bajas, las vistas se abren hacia un mar turquesa y rocas que parecen esculpidas a manos. Eso sí, ten en cuenta que el acceso, a pesar de ser corto y sencillo para la mayoría de visitantes, no está adaptado a personas con movilidad reducida.
Esta playa además guarda un fuerte valor sentimental. En sus alrededores se rodaron escenas emblemáticas de la serie Verano Azul y muy cerca se encuentra la famosa estatua de Chanquete, homenaje al personaje más querido de la serie. Visitar Calahonda se puede convertir en un reencuentro con los veranos de la infancia.
Ten en cuenta que es una cala pequeña, con arena oscura y aguas limpias lo que la hace perfecta para un baño relajante o practicar snorkel. Está a un paso del centro de Nerja, donde abundan los bares, restaurantes y heladería. Uno de sus grandes atractivos es la mezcla de tranquilidad y la cercanía a la vida urbana.
Aunque, si te quedas con ganas de más, Nerja esconde otras joyas como la playa de la Burriana, ideal para visitar en familia. También tiene calas vírgenes como el Cañuelo y las Alberquillas, perfectas para desconectar. Visitar Calahonda es mucho más que ir a la playa, es vivir un pedazo de historia de la televisión rodeado de un entorno natural privilegiado. Prepara la cámara, baja por el Boquete de Calahonda y deja que el mediterránero te envuelva con su nostalgia.