A sus 44 años, Dani Güiza sigue en activo y tiene pensando continuar al menos una campaña más en las filas de la UD Roteña. Volver al fútbol más modesto ha sido el regreso a los orígenes de un delantero que tiene a sus espaldas una larga y curiosa carrera. Desde que abandonó el Cádiz en 2017 ha pasado también por el Sanluqueño, el Algaida y el Rota, muchos años después de que surgiera de la cantera del Xerez CD y pasara también por el Dos Hermanas, el Mallorca B, el Barcelona B y el Ciudad de Murcia, su definitivo trampolín a la elite.
Con la camiseta del Getafe, el jerezano se consagró en la máxima categoría (hizo 27 goles en dos temporada). Pero el estrellato lo alcanzó en el Mallorca, a las órdenes de Gregorio Manzano, convirtiéndose en el Pichichi de LaLiga en la 07/08 (con 27 tantos) y ganándose un sitio en la selección española que se proclamó campeona de Europa de la mano de Luis Aragonés. Tras tocar la gloria en el torneo celebrado en Austria y Suiza, decidió hacer las maletas rumbo a Turquía junto al 'Sabio de Hortaleza'. Pero su aventura en el Fenerbahçe, que pagó 14 millones de euros por su fichaje, no salió como esperaba.
Hoy día, echando la vista atrás, se arrepiente de haber tomado ese camino y reconoce que si pudiera rectificar escogería la oferta que el Real Betis le puso sobre la mesa. No esconde que es la mayor espina que tiene clavada, incluso por encima de no haber jugado en el Real Madrid, el equipo del que se confiesa aficionado. "Puede serlo, pero hay más gordas, como no jugar el Mundial 2010 y, sobre todo, irme al Fenerbahçe rechazando la propuesta del Betis. Elegí ganar más dinero en vez de dejarme llevar por el corazón y la emoción”, ha reconocido en una entrevista concedida al diario As.
Después de tres tres campañas en el conjunto de Estambul, Güiza regresó al Getafe y antes de volver a su tierra vivió otras experiencias exóticas en el Johor DT de Malasia y el Cerro Porteño de Paraguay. Pero no se le quita de la cabeza aquella oportunidad perdida de vestir de verdiblanco. "Ahora actuaría de forma diferente y firmaría por el Betis con los ojos cerrados. Me equivoqué mucho en aquella decisión. Más tarde me di cuenta de que el dinero no es tan importante a veces. Dejar pasar aquella oportunidad fue muy doloroso”, sentenció.