El infalible talismán del Betis que no puede perderse la final ante el Chelsea

El histórico gol de Abde en la prórroga, el imparable Antony haciendo cosas propias de 'La Cabra', ese balón bajado del cielo y enviado hacia la gloria por un '9' de urgencias llamado Aitor Ruibal, Isco Alarcón enamorando aún más a los béticos con su tremendo esfuerzo durante los 120 minutos, el partidazo reivindicativo de Nobel Mendy, el clarividente inicio de Lo Celso, el sufrimiento en las acciones a balón parado, los cambios por molestias, la eufórica celebración a la final de la UEFA Conference League... Hay muchísimas imágenes a destacar en el empate ante la ACF Fiorentina y, sin duda, entre ellas está también el descarado atrevimiento de un Pablo García que, por diversos motivos, convendría mantener en todas las convocatorias de los partidos que le faltan a esta 24/25.

El canterano, de sólo 18 añitos, salió en pleno éxtasis tras el 2-2 como si el Betis fuese perdiendo. Encendidísimo. Controles orientados, un sombrero espectacular para dejar clavados a dos rivales, carreras al espacio, una asistencia para Isco, un chut que le paró De Gea... ¿Y su celebración posterior? La más eufórica de todas. Sin camiseta, subido a una valla, ondeando banderas, haciendo de fotógrafo, abrazando a sus compañeros...

Este chaval de Alcosa, que promete estar dando alegría en La Palmera durante décadas, no sólo tiene un talento prometedor. Además, se ha confirmado como el infalible amuleto del Real Betis. Si en la Copa del Rey de 2022 el talismán fue el chandal de Manuel Pellegrini, cabe pedirle al chileno que ni se le ocurra viajar a Wroclaw (Polonia) sin el joven atacante y, sobre todo, sin su ya famoso cojín verde. Con él, este equipo se mantiene invencible.

Por si aún hay alguien que no sabe de qué va la historia, es algo que ha repetido con el Juvenil A, con el Betis Deportivo, con la selección española sub 19 y, por supuesto, con el primer equipo. Pablo García lleva a todos sus viajes un confortable cojín de color verde con un enorme escudo del Betis bordado en su parte central y confeccionado por su abuela paterna. Es un objeto muy especial para el atacante, como explicó en su día su padre, Ramón García, y se da la circunstancia de que está dando muchísima suerte al club de sus amores.

Su debut oficial con el primer equipo verdiblanco llegó en la peor fase de la temporada, pero coincidió con la victoria a domicilio ante el RCD Mallorca (0-1) y el empate en casa frente al Athletic Club (2-2). También fue convocado, aunque no tuvo minutos, en los choques en La Palmera ante la UD Las Palmas (1-0) y en las dos últimas citas contra Real Valladolid (5-1) y RCD Espanyol (1-2). No obstante, donde mejor efecto tiene el amuleto es en la Conference League.

Se lo llevó a Portugal coincidiendo con su estreno en competición continental, en el 0-4 ante el Vitória SC en Guimaraes, en la vuelta de los octavos de final; en los dos encuentros de cuartos ante el Jagiellonia Bialystok (2-0 y 1-1, sin minutos en ambos) y en los dos semifinales contra la Fiorentina (2-1 y 2-2), con esos mencionados minutos de destello en la prórroga frente a la 'Fiore'. En la final ante el Chelsea FC, el próximo 28 de mayo en Wroclaw, ya saben lo que no puede faltar en el equipaje del Real Betis.