Aitor Torvisco8 min lectura
Jagiellonia Bialystok
Finalizado1 - 1Betis
D. Churlinov81' C. Bakambu 78' No será el partido más brillante del Real Betis de Manuel Pellegrini, pero sí uno de los más importantes de la historia al ser el de la clasificación para sus primeras semifinales europeas. Pragmático, el equipo verdiblanco hizo bueno el 2-0 de la ida en el Benito Villamarín con un 1-1 ante el Jagiellonia en Bialystok (Polonia). Bakambu no se quita la capa de superhéroe y vuelve a destacar en un encuentro con la mala noticia de la lesión de Ricardo Rodríguez y las buenas de ver que Isco, Natan y Aitor Ruibal aguantaron sin ver amarillas. Así jugaron, uno a uno, los futbolistas heliopolitanos en el partido de vuelta de los cuartos de final de la UEFA Conference League.
Apenas tuvo trabajo hasta el gol de Churlinov, ya en el 80'. Hansen le dio tres sustos. Dos en uno, por no llegar a rematar a portería vacía y por impactar con fuerza contra él dejándole dolorido. Y luego con el gol anulado en el alargue de la primera mitad por fuera de juego previo.
No arriesgó nunca y echó el ancla para mantener vigilados a Churlinov e Imaz. A menudo ayudó a cerrar a los centrales y apenas necesitó de faltas para mantener su parcela controlada y estuvo especialmente atento para repeler un intento de Imaz al filo de la hora de juego. Subidas, selectivas pero productivas.
Muy acertado en la lectura del juego, tirando de anticipación y redoblando esfuerzos en las coberturas, siempre se situó en el lugar indicado y completó un partido casi perfecto. Sólo le señala el error en un mal despeje aparentemente sencillo que dejó el balón para que Churlinov, tras recortarle, hiciese el definitivo 1-1. Fallo llamativo, pero sin consecuencias. Líder nato.
Aguantó los 90 minutos sin ver amarilla, era uno de los apercibidos para la ida de las semifinales, y además lo hizo mostrando fuerza física y potencia en la resta. Se entiende muy bien con sus compañeros de demarcación y mide muy bien los tiempos. Con la lesión de Diego Llorente se sabe aún más importante y de su actuación emana jerarquía y empaque.
Su titularidad en el lateral zurdo era una de las dudas, debido a su condición de comodín para suplir las carencias en el centro de la defensa -sin Diego Llorente varios meses e incluso sin otra posible reconversión con Marc Roca-; pero Pellegrini le dio continuidad a un jugar en clara línea ascendente que, sin embargo, daría la mala noticia al lesionarse en el 23' y pedir el cambio de inmediato. Apenas le dio tiempo a un par de internadas con centro y un córner provocado.
Encargado de una labor gris y poco vistosa que llevó a cabo con gran efectividad. Recuperar, asegurar el pase y tocar. Retener y esconder la pelota. No cometer errores y velar por el equilibrio de las líneas. Partido muy solvente del mediocentro catalán, titular hoy para dosificar a Johnny Cardoso.
De más a menos pero perfecto en la interpretación del plan de Pellegrini. Se le ve cada vez más cómodo en ese rol de organizador, participando constantemente en el juego y aportando fluidez y soluciones sencillas. Se fue diluyendo un poco más con el paso de los minutos y acabó siendo sustituido por Johnny.
Chispazos aislados, pero de esos que te levantan de la silla. La consigna de no arriesgar no favorecía el lucimiento de los regateadores, pero el brasileño firmó las dos primeras ocasiones del Betis, con sendos intentos lejanos detenidos por el portero y rompió a su par casi con más frecuencia de la buscada. En una de ellas, regaló medio gol a Jesús. Dosificado con la eliminatoria ya casi sellada.
El encargado de encender la bombilla fue el más apagado del Betis en Bialystok. Participativo pero poco iluminado. Giraba bien el juego pero le faltó ese último pase, le sobró un control de más y se perdió en sus propios recortes y amagos. Recuperar la mejor versión del argentino (y saber si puede llegar a ser compatible con Isco, Antony y Jesús) es una de las principales tareas pendientes en esta recta final de curso.
La primera vez que le enfocó la cámara la agarró en campo propio se fue de tres rivales y se plantó en zona de peligro. Así, como tarjeta de presentación y como demostración de frescura para evidenciar por qué no necesita entrar en las rotaciones. Daba la sensación de poder irse cuando quisiese y tener órdenes de echar amarres. Tuvo el gol en un remate tras servicio de Antony que repelió la pierna de un central local.
Empeñado en ser el héroe verdiblanco. Cinco partidos seguidos marcando, siete goles en esta edición y ocho como verdiblanco en competiciones europeas, igualando el récord que Alfonso Pérez Muñoz lleva dos décadas ostentando. Comenzó sin tener ninguna en el área, pero siendo muy participativo en el juego. Las tres que tuvo, una fue a la cazuela, otra rozó la escuadra y la última fue un paradón del portero. En estado de gracia. Héroe absoluto.
Si su plan era tener la posesión todo el tiempo posible, que no sucediese nada e incluso 'descansar' con el balón en los pies, le salió a la perfección. Ninguno de los tres apercibidos vio amarilla (pasan limpios a semifinales) y además dosificó a Isco, a Johnny e incluso a Jesús y Antony, ya al final. Y vuelve a hacer historia con el Betis, que se dice pronto. La única mala noticia, la lesión de Ricardo.
Salió en frío pero mantuvo la concentración durante todo el encuentro y no concedió nada por su banda.
Salió para evitar sustos y blindar aún más la zona ancha haciendo dupla con Sergi Altimira.
Revulsivo en todas las acepciones de la palabra. Dio la asistencia del 0-1 y forzó un penalti de Tomas Silva que luego anuló el VAR. Incluso buscó su gol con un disparo que se fue desviado.
Nueve minutos para esconder bola. Estuvo a punto de cazar una en el área ya al final.
Reapareció después de un mes de baja por molestias en el tobillo y dejó un eslalon regateando rivales.