El Celta calla... y otorga sobre la acción de Iago Aspas

El Betis-Celta fue un encuentro emocionante que concluyó con un 3-4 que invita sin duda a hablar de fútbol. Sin embargo, el vibrante devenir del encuentro quedó en un segundo plano cuando poco después de comenzar el descuento Luiz Felipe fue expulsado con roja directa –otra vez, sí–. Lo que hubiese sido una roja más (los verdiblancos llevan 10 en 20 choques ligueros), se acabó transformando en una tangana cuando el zaguero de las trece barras vio a Iago Aspas rodando por el suelo tras echarse las manos a la cara.

Al instante, las cámaras parecieron dejar claro a través de las repeticiones que, si bien el central bético se había excedido en su ímpetu por coger el balón, el golpe que le propinó a éste quedó bien lejos del rostro del delantero de Moaña, quien no sólo se mantuvo varios minutos sin levantarse, sino que al hacerlo señaló que le habían dado cerca del cuello... Las imágenes hablan por sí solas.

Sea como fuere, había cierta expectación por ver qué comentaban en el equipo vigués sobre lo que a todas luces parece una simulación de su capitán. Las únicas personas que hablaron, el entrenador Carlos Carvalhal y el medio Gabri Veiga, optaron por pasar de puntillas sobre el tema. ¿Cómo lo hicieron? Guardando silencio.

"No he visto la jugada, pero hay que respetar la decisión del árbitro", explicaba el talentoso jugador del Celta, autor de dos goles en el encuentro –tres de sus seis tantos en Liga han sido contra el Betis–.

Más escueto y distante se mostró Carvalhal, quien se ciñó a decir que no le parece correcto que se llegue a momentos de tensión como los que se vivieron en la recta final del partido. "No me gusta y voy a hablar con los jugadores porque es importante bajar la tensión en ciertos momentos. Vamos a tratar de corregir ciertas cosas", explica.

Mientras en Vigo guardan silencio, quizás porque no tienen mucho que decir, Manuel Pellegrini se mostró tajante en rueda de prensa para pedir que los jugadores que simulan de esta manera sean castigados de igual modo que los que cometen infracciones que les llevan a una expulsión.

"Es una deslealtad repudiable y tiene que ser sancionado exactamente igual como lo es la persona expulsada. Lo que hay que mejorar es que los jugadores dejen de simular y de engañar. Me parece de una deslealtad imperdonable. La Liga tiene que mejorar la falta de lealtad de los jugadores al gritar, al hacerse los golpeados...", sentencia el chileno sobre una polémica acción que puso punto y final a un partido para olvidar, en el que para rematar el acta de Del Cerro Grande acabó contradiciendo la versión de Joaquín.