Del "no he matado a nadie" a "hay 0 ofertas, porque comprar un club no es como comprar un lápiz"
Curiosa metáfora la utilizada por Del Nido Carrasco para referirse a la supuesta tercera vía que encabezaría Antonio Lappí, aunque el presidente habla de "respaldo" a su consejo por "muchos años"
Dos meses y cuatro días después de su última comparecencia ante los medios de comunicación en la sala de prensa José Antonio Sánchez Araujo del Estadio Ramón Sánchez-Pizjuán, el presidente del Sevilla FC daba la cara, esta vez en solitario y como foco absoluto de atención, para hacer balance de la nefasta temporada 2024/2025, en la que los blanquirrojos han eludido el descenso a Segunda división por un solo punto, repitiendo por segundo año fuera de las competiciones europeas, un hito sin precedentes tras dos décadas entrando asiduamente en la Champions League y peleando por títulos nacionales y continentales. En medio de una gran expectación, José María del Nido Carrasco, con gesto serio, comenzó con un breve mensaje leído antes de atender las preguntas de los muchos periodistas presentes, reconociendo que ha sido "la peor temporada del siglo XXI, muy, muy mala", que les ha llevado a tomar decisiones como el relevo en la dirección deportiva y el banquillo.

"Siempre decimos que los balances y las notas se ponen cuando las campañas finalizan. Locura sería persistir en el error pensando que vas a conseguir resultados diferentes. Eso nos ha llevado a cambiar las dos piezas fundamentales de la estructura de futbol profesional, apostando por Antonio Cordón y Matías Almeyda", añadía el dirigente, que analizó diferentes asuntos, la mayoría relacionados con el entramado societario y la censura clara de la afición a su gestión, que trató de defender a toda costa. Sin embargo, descartó cualquier cambio de manos inminente del paquete mayoritario de acciones, tras las informaciones que sustentan el paso al frente del ex consejero Antonio Lappí para hacerse cargo en los próximos meses de un club actualmente a la deriva en muchos sentidos. La cabeza visible del consejo nervionense analizaba todos estos asuntos.
Dimisión
"La situación social es evidente: está todo el sevillismo cabreado con el presidente que os habla fruto de la peor temporada de los últimos años. Pero igual de evidente es que una SAD la rige el capital y el respaldo de este consejo, que me ha designado presidente, es suficientemente amplio. Cuando tomé posesión en diciembre de 2023 sabía a lo que me enfrentaba, luchando por el descenso y fuera de Champions. No me esperaba que la pasada temporada fuera tan mala, pero sí la esperaba de transición. Mi ilusión y mi convencimiento es que le voy a dar la vuelta a la tortilla, como cuando tomé posesión del cargo. El día en que me preocupe o me dé miedo la actual situación, me iré a mi casa. Mientras tanto, seguiré liderando este proyecto junto al consejo, que lo ha hecho bien en otros apartados y tomado decisiones como los cambios en la dirección deportiva y el banquillo".
"Llevo toda mi vida en el Sevilla, 18 años. Soy hijo de dirigente y no hay nada del mundo del fútbol me llama la atención. ¿Es agradable que el campo te pite? No lo es. ¿Me afecta en la toma de decisiones? No me afecta. La situación personal, depende: si me pitan por que el equipo no va bien, lo considero normal; si me cuelgan de un puente o ponen mi número de teléfono en Twitter para que me manden mensajes diciendo que cuando salga a la calle con mis hijos, los van a matar, eso lo llevo peor. Eso lo voy a perseguir, como que pinten la casa de los accionistas o intenten pegar a una accionista o un trabajador del club. Eso sí lo llevo mal, como lo llevaría cualquier persona, porque no he matado a nadie. He sido el presidente y máximo responsable de una mala temporada, pero no voy a permitir que amedrenten ni a mí ni a mi familia".

"No pudo hablar de futuro, pero el que me conoce sabe que es muy difícil amedrentarme y doblegar mi voluntad cuando creo en algo. Llevo 18 años en consejos que han levantado muchas copas y se han clasificado para Europa. También he presidido el consejo de la peor temporada de los últimos 25. Además, todas esas actitudes son constitutivas de delito. El día que piense que no estoy capacitado, lo dejaré, pero no porque la gente me amenace, me extorsione o me diga que me va a pegar cuando vaya por la calle".
"¿Qué significa que los grandes accionistas se echen o me echen al lado? Los grandes accionistas, en el 95, cuando se necesitaba, invirtieron su patrimonio y compraron títulos del Sevilla. En los siguientes 25 años, muchos accionistas decidieron vender paquetes más pequeños, como estaban en su derecho, que acabaron en manos de grandes accionistas. Éstos han considerado que el consejo que debe regir la sociedad es éste, tras 10 de las mejores temporadas de la historia del Sevilla. Echarse al lado... Tendrá que venir alguien, comprarle las acciones a los accionistas... Hacer algo para que éstos se vayan; así lo veo yo".
Tercera vía
"En los últimos 7-8 años, se han acercado personas interesadas en comprar el club, más serias y menos, con dinero y sin dinero, porque es un equipo goloso y respetado en España y Europa, pese a dos últimas temporadas malas en lo deportivo. Pero, a día de hoy, no hay ninguna oferta, pero es un proceso muy complejo; no es como comprar un lápiz en una tienda. A día de hoy lo que hay es estabilidad accionarial en torno a este consejo de administración. Hay 0 ofertas".
"El consejo goza de estabilidad accionarial porque en 2019 se suscribió un pacto entre los socios mayoritarios y, después, porque ha habido accionistas mayoritarios que se han unido a la gestión del actual consejo. Se me pueda catalogar o valorar por esta última campaña, pero llevo 18 años y, en los diez anteriores a estos dos más recientes, el Sevilla ha jugado 13 finales y ganado 5 títulos europeos, yendo todos los años a competiciones continentales. El fútbol no tiene memoria, es cierto, pero todo tiene sus matices. Nosotros nos hemos equivocado en toma de decisiones deportivas, hemos empezado a hacer cambios. Cuando Víctor Orta toma posesión, el coste de la plantilla era de 203 millones de euros, cuando yo entro de presidente era ya de 184, porque él nos ayuda a disminuir el coste salarial a 110 millones de euros. Había jugadores que no contaban y, de los 110 que nos cuesta este año la plantilla, 50 no corresponde a jugadores que él haya traído, sino a los que ya estaban y no juegan o no cuentan. La realidad es que el Sevilla no ha competido con una plantilla de 110 millones de euros y que la realidad del club es estar en media tabla o un poco por encima, pero reitero en que nos hemos equivocado en las decisiones".
"Los pactos que se suscriben tienen cláusulas de confidencialidad, pero insisto en que la estabilidad accionarial es para los próximos años, por ese pacto de socios y porque se han unido otros que hacen que el respaldo sea bastante superior al 50% del capital social".
"No represento más que mis propias acciones. He dicho que no existe ninguna oferta por la compra del Sevilla. Si alguien me ofrece comprarme las mías, que son pocas, yo decidiré, como el resto de accionistas. Como son conjeturas sobre algo que no existe... Cuando exista, hablaremos de si se acepta o no la oferta".
Palabras de su padre hacia él
"Ese tema me cansa un montón. Él ha contestado en la entrevista. Dijo que engañó a su hijo para firmar un pacto con el objetivo de dinamitar desde dentro un club que jugaba Champions o Europa League. Que, como no consiguió doblegarme, inició una campaña de hostigamiento durante cinco años contra los miembros del consejo, entre ellos su hijo, conociendo el daño que iba a hacer a las personas y al Sevilla FC. No quiero dar mi opinión".
"El otro día, consciente de su situación de una minoría accionarial y de que no ha conseguido su objetivo ni en los juzgados, ni tras tropecientas juntas ni por medio de la campaña de hostigamiento al consejo, ha dicho que quiere vender sus acciones. Me ha parecido una buena noticia; a ver si viene alguien que llegue con la idea de construir y no de destruir. Sus acciones ahora mismo no le valen para nada".
Manifestación del 26-J
"Como siempre, respeto mucho a la afición y entiendo que esté enfadada. Estamos trabajando para que la afición esté con su equipo y que, cuando juguemos en casa, estemos más cerca de la victoria por su apoyo. A mí no me agrada me pite todo el estadio, pero tampoco estoy en el fútbol para que me animen y me vitoreen. Yo he estado en esa grada muchos años y sólo sé que, estando todos juntos, los que llevan ese escudo en el pecho estarán más cerca de ganar que de perder".
"No estoy aquí para que la gente cambie su opinión sobre mí, sino para que se sientan orgullosos de su equipo. No podemos mezclar las cosas. Que el Sevilla pierda en Vigo nos duele a todos, a mí también como presidente, pero no se puede justificar que se derribe una valla de una propiedad privada para agredir a jugadores, técnicos y directivos. Respeto y entiendo el enfado de la afición por los malos resultaods, pero no comparto que un equipo tuviera que encerrarse en la ciudad deportiva echando la llave por dentro. La condena a la violencia es absoluta, no se puede matizar".