Urgen las explicaciones, pero mucho más las decisiones

José María del Nido Carrasco desea una revolución en el organigrama del Sevilla FC, consciente de que se ha tocado suelo en las últimas planificaciones. De un lado, quizás también como un guiño a quienes censuran su continuidad en el cargo junto a la de colaboradores de dudosos pasado y acierto, querría cortar por lo sano con algunos nombres y cargos polémicos, aunque cada vez son más los que defienden que su capacidad de maniobra está más restringida en 2025 por el resto del consejo y por un José González-Dans que ha heredado la encomienda de no agrandar la deuda que ahoga a la entidad. Antes al contrario, el nuevo director general procurará que se reduzca, así como la masa salarial, por lo que tiene la última palabra en los movimientos que afectan a la primera plantilla. Empezando por la dirección deportiva y la elección del entrenador.

Como ya se ha explicado por activa y por pasiva, Víctor Orta trabaja con normalidad, pese a saber que el presidente contaba con su salida pactada. Entiende el madrileño, con contrato en vigor hasta 2026, que está autorizado para seguir, tanto por lealtad (se valora que no se marchara las pasadas Navidades al Spartak de Moscú) como por eficiencia (su principal encomienda era adelgazar el capítulo salarial). Además, su segunda mayor inversión desde que llegó, Dodi Lukébakio, sí ha respondido a las expectativas y está a punto de dejar plusvalía, mientras que con Djibril Sow, aunque no son ciertas las informaciones acerca de un precio de salida de nueve millones de euros ni las ofertas de Italia, Francia o Alemania por él, entiende que se podrá cubrir sin problemas la amortización pendiente en caso de necesidad. Con Lucien Agoumé hay más consenso en cuanto al acierto y con 'Peque' Fernández cree que hay esperanzas fundadas de mejora el curso que viene.

En resumen, no cree Orta que, más allá de los errores con los delanteros por la falta de fondos para buscar un '9' de garantías y a la espera de que el físico deje a Akor Adams ofrecer lo que lleva dentro, haya errado en su planificación, mientras que Del Nido Carrasco había comunicado a los consejeros que tenía la palabra del alto ejecutivo para romper la vinculación sin exigir los 750.000 euros de su último año firmado, lo que finalmente no ha ocurrido. El rector nervionense habló con Braulio Vázquez, que no tiene tan claro de nuevo abandonar el CA Osasuna y, ante los problemas que también habría para la desvinculación del Rayo Vallecano de David Cobeño, ha propuesto como recambio a Antonio Cordón. Un gasto que, por ahora, no está aprobado, así como tampoco los más de dos millones de euros netos por temporada que exigirían tanto José Bordalás (con problemas igualmente para liberarse del Getafe CF) y un Imanol Alguacil en paro, aunque con mejores propuestas y muchas dudas.

Este inmovilismo obligado en la toma de decisiones, condicionado claramente por la frágil economía sevillista, ha impedido, entre otras cosas, que se produzca la demandada comparecencia pública de los dirigentes para dar explicaciones por otra temporada nefasta en la que el equipo se quedó sólo un punto por encima del descenso y el propósito de enmienda adquirido. La idea era ofrecer una rueda de prensa a principios de la semana entrante, ya con los hechos consumados, pero, a día de hoy, todavía no se conoce si esto será así y, en tal caso, si Junior aparecería solo o junto a Orta, escenificando un matrimonio de conveniencia (o más por obligación) una campaña más. Este lunes es la fecha tope a nivel interno para que la maquinaria comience a carburar con unos u otros protagonistas, pero ya sin más dilación a riesgo de llegar tarde a muchos apartados en los que, máxime con el dinero justo, hay que ser rápidos y diligentes.