El peor Caparrós y la última bala del Sevilla

El técnico utrerano ha firmado su peor inicio como sevillista y es el tercero en la clasificación de derrotas, pero cuenta con un precedente que invita a la esperanza

El peor Caparrós y la última bala del Sevilla
Caparrós, durante el partido contra Osasuna. - CORDON PRESS

La figura de Joaquín Caparrós se había convertido en un salvavidas para cuando el Sevilla de los éxitos empezó a atravesar por problemas y en dos ocasiones, tanto en la 17/18 como en la 18/19, acudió al rescate del equipo para impulsarlo en la tabla, con más éxito la primera vez alcanzando el objetivo marcado.

Ahora, cuando ya parecía que los tiempos de Caparrós como entrenador nervionense habían concluido, la entidad hispalense ha apelado nuevamente a su sentimiento sevillista, en esta ocasión para evitar sustos con el descenso en una temporada desastrosa de los blanquirrojos, pero lo cierto es que nunca se ha sentido su efecto y el Sevilla se encuentra en una situación extremadamente delicada, coqueteando con el descenso.

De ese modo, al contrario de lo que ha ocurrido en sus otros comienzos en el banquillo sevillista, no ha conocido la victoria y ha saldado sus dos partidos como míster con un solo punto, fruto del empate a un gol firmado contra el Alavés en el Sánchez-Pizjuán. Y es que en su segundo asalto, los nervionenses, perjudicados por las acciones arbitrales, cayeron por 1-0 en el Sadar, y ahora solo tiene cinco puntos de margen sobre el descenso.

Así las cosas, se trata del peor inicio de Joaquín Caparrós en sus cuatro etapas en el banco blanquirrojo, con un empate y una derrota, pues en todos los anteriores había arrancado con triunfo.

Además, esta última derrota le coloca en el podio de los técnicos que más partidos han perdido en Primera, con un total de 198, solo por detrás de Luis Aragonés (232) y de Mendilibar (202), si bien hay que decir a su favor que también está entre los técnicos con más bagaje en la elite del fútbol español.

No obstante, entre tanto oscurantismo surge una luz en forma de estadística que sirve como consuelo o esperanza para el sevillismo, pues la última vez en la que el Sevilla se encontró en una situación similar, tan cerca del descenso a falta de cinco jornadas, salió victorioso y, curiosamente, lo hizo de la mano de Joaquín Caparrós. Ocurrió en la temporada 2001/2002, y los nervionenses sumaron un empate y cuatro victorias que le permitieron, incluso, pelear a última hora por los puestos que daban derecho a entrar en Europa, lo que pocos años después se convirtió en costumbre y con un carrusel de éxitos extraordinarios. El clavo al que agarrarse.