Jesús Galiano4 min lecturaLa UD Almería atraviesa una complicada crisis de resultados, aunque su rendimiento sobre el césped no ha sido del todo negativo. Los rojiblancos no logran un triunfo desde el pasado 12 de enero, cuando se impusieron al Córdoba por (0-3) en el Nuevo Arcángel. Desde entonces, el equipo ha encadenado siete encuentros sin ganar en liga, sumando cinco empates y dos derrotas, además de la eliminación en la Copa del Rey ante el Leganés.
Este negativo balance representa la peor racha de Rubi como entrenador del conjunto almeriense, no solo en esta temporada, sino en todas sus etapas al frente del club. Ni en el año del ascenso ni en la permanencia en Primera División había experimentado una sequía de triunfos tan prolongada. A pesar de ello, no es la primera vez que el técnico catalán enfrenta una situación similar, pues durante su paso por el Huesca en la temporada 2017-2018 estuvo ocho jornadas sin ganar, aunque finalmente logró el ascenso a la máxima categoría.
En un giro drástico de su temporada, Rubi ha pasado de mantener una imbatibilidad de 14 jornadas a encadenar siete partidos sin vencer. En su mejor momento, el Almería logró situarse en la parte alta de la clasificación tras alejarse de los puestos de descenso, pero ahora necesita un triunfo urgente para no perder terreno en la lucha por el ascenso.
El equipo rojiblanco afronta un partido clave en Ipurua con la esperanza de poner fin a esta crisis. La reincorporación de Kaiky y la posible presencia de Robertone, cuya disponibilidad se decidirá antes del viaje a Bilbao, son algunas de las novedades para el encuentro que abrirá la jornada 30.
El técnico almeriense ha analizado las razones detrás de la mala racha, destacando que todo comenzó con un mal partido en Albacete, donde el equipo no estuvo a la altura: "Fue un lujo demasiado grande tirar una buena racha porque no estábamos preparados para mantener el nivel", admitió. Además, recordó la falta de fortuna en ciertos momentos, con 15 balones al palo a favor frente a solo uno en contra, una estadística llamativa si se compara con la temporada del ascenso, donde el balance fue 10-9.
Para revertir la situación, Rubi considera que el equipo necesita un golpe anímico: "Romper una dinámica negativa a veces pasa por una victoria épica, una remontada o ganar en un estadio complicado". En cuanto a su rendimiento reciente, destaca la mejoría defensiva, aunque reconoce que el equipo necesita más equilibrio en ataque: "Ahora respondemos bien en defensa, pero nos sigue costando marcar".
El Eibar no será un rival fácil. El técnico del Almería advierte que se trata de un equipo con gran intensidad y fuerte presión, lo que exige máxima concentración desde el inicio: "O sales con las pilas muy puestas o lo pasas mal en Ipurua", afirmó. Además, destacó que el conjunto vasco, antes de la llegada de su nuevo entrenador, ya mostraba buenas ideas en el juego, aunque sin suerte de cara al gol. Ahora, con la confianza renovada, será un rival aún más difícil de batir.
Con el mes de marzo en su recta final, Rubi confía en que los últimos dos meses de competición serán mucho más positivos: "Estamos trabajando bien, solo falta que el acierto nos dé confianza. Queremos ganar ya y cambiar esta dinámica cuanto antes".