Ansu Fati hace las maletas

Ansu Fati está obligado a hacer las maletas cuando finalice la presente temporada. En el Barça de Flick no tiene sitio y tampoco acaba de aprovechar las oportunidades cuando le llegan, como este fin de semana, ante un descendido Valladolid. Se enfadó Ansu Fati por no jugar, evidenciándolo en el banquillo durante el partido ante el Celta, en el que se volvió de calentar en la banda sin opciones de saltar al verde. Tiró el peto y soltó alguna patada, a lo que encontró respuesta en boca de Flick: "Puedo entender que no están contentos, que se enfaden por no jugar, pero no entiendo la reacción. Eso no lo entiendo porque tienes que aceptarlo, es cuando tienes la oportunidad de jugar cuando debes tener una buena reacción”.

Desde entonces, Flick le dio la alternativa a los jóvenes contra el Mallorca, en un partido en el que Ansu Fati, rodeado de titulares, cumplió con nota. Este sábado, sin embargo, no ocurrió lo mismo y en Pácela el internacional español tiró por tierra una gran oportunidad de demostrar que está para lo que el Barça necesite. El experimento no funcionó y el ’10’ del Barça dejó escapar la ocasión en una delantera de circunstancias que el técnico alemán formó para rotar a Raphinha, Ferran y Lamine Yamal. Sin embargo, ante un Valladolid descendido matemáticamente y que puso contra las cuerdas al Barça durante gran parte del partido, Ansu Fati confirmó que poco o nada tiene que ver con el Ansu Fati que muchos recuerdan y que con él no se cumple eso de ‘el que tuvo, retuvo’. Ante una defensa cerrada, Ansu chocó constantemente.

Con el tempranero gol vallisoletano en el 5’, el delantero azulgrana no evidenció ni la más mínima capacidad de desborde, viéndose tapado constantemente por Anuar y Candela. Un auténtico muro con el que Ansu Fati se topó unas tras otra sin apenas generar peligro. Flick tan sólo le dio 45 minutos de juego, y es que Ansu Fati tampoco se ganó más. El alemán dio acceso en el campo a Raphinha al descanso. Ansu Fati probó suerte con dos disparos, aunque tan sólo llevó algo de peligro en uno de ellos. Se le vio ansioso, incluso Flick lo llamó a la banda para corregir errores, aprovechando la lesión de Dani Rodríguez. Pero Ansu Fati no está ni se le espera. Con más ganas de finalizar que acierto en sus movimientos, se marchó a vestuarios con más pena que gloria y con la clara sensación de haber desaprovechado una ocasión pintiparada para reivindicarse ante los ojos de Flick.

Una tarjeta amarilla, dos regates, dos disparos a puerta y nueve balones perdidos fueron el bagaje de Ansu Fati sobre el campo. 45 lastimosos minutos de fútbol en los que el internacional español confirmó que está un escalón -o dos- por debajo del resto del plantel blaugrana. Visto lo visto, este verano estará obligado a hacer las maletas.