Óscar Murillo4 min lecturaSuele rendir especialmente bien contra el FC Barcelona, motivarse de una manera especial. Y eso que la de su estreno en LaLiga no ha sido una temporada fácil para él. Castigado por un reglamento que difiere mucho en permisividad del de la Serie A, Luiz Felipe Ramos busca olvidarse de una plaga de lesiones inoportunas y sanciones en algunos casos evitables en la recta final de un curso no tan regular como quería y esperaba. Ahora, el italo-brasileño acumula cinco partidos completos a buen nivel general frente a Atlético de Madrid, Cádiz, Espanyol, Osasuna y Real Sociedad, acaso con la excepción del penúltimo, pues en Pamplona anduvo fallón y perdió la marca de Budimir en los dos primeros goles. Su próximo objetivo, brillar en el Camp Nou y, de paso, que Xavi y los técnicos se rindan a la evidencia.
Porque los catalanes fueron serios rivales del Real Betis para contratar al central, que se negaba a renovar con la Lazio ya a lo largo de 2021. Los verdiblancos ofrecieron cuatro millones de euros y, ante la negativa de los romanos, se decantaron por 'repatriar' a Pezzella y esperar al de Colina, que recibió tentaciones importantes, deportivas y económicas, que le hicieron dudar. 'Il Corriere dello Sport' hablaba del seguimiento pormenorizado de los culés a Luiz Felipe, que sorprendía ya por su contundencia al corte y su buena salida de balón. Sin embargo, los tiempos de ambas partes no cuadraron (además de que el futbolista respetó su palabra), desaprovechando una oportunidad de mercado, de lo que ahora, quizás, se arrepienten en Can Barça. En las tres ventanas de transferencias que pasaron, llegaron a la Ciudad Condal a coste cero Eric García (reconvertido a mediocentro) y Christensen, mientras que el canterano Araujo juega habitualmente de lateral derecho por las carencias ahí. Además, Koundé, que tiene de pareja de baile muchas veces al lateral zurdo Marcos Alonso, dejó el Sevilla por 50 millones fijos y 12,5 en variables.
Los números defensivos de unos y otros no tienen parangón. El italo-brasileño es el primero en promedio de balones interceptados por partido (9), muy por delante del danés (5,3), el francés (5,3) y el uruguayo (4,1). El '19' heliopolitano afronta 8 disputas defensivas cada 90 minutos, frente a las 7 de Roland y Jules. Gana de media 5,4 de estas 8, por las 5,1 de Araujo y las 4,3 de Koundé, quienes también recuperan menos balones por encuentro (7 frente a 5,6 y 6, respectivamente, más los 5,3 de Christensen). Finalmente, el central bético es el primero en las entradas efectivas, gracias a un ratio de 1,85 por partidos, por las 1,7 del charrúa y las 1,59 del galo, según datos de 'InStat'. Una comparación que tiene más chicha si se atiende al coste de Luiz Felipe: nada de traspaso y, entre prima de fichaje y sueldo, la mitad de lo que cobra el que menos lo hace de los zagueros barcelonistas aludidos.
