Osasuna, tras vencer al Sevilla, ha cogido mucho aire en el siempre exigente campeonato de la regularidad. El conjunto dirigido por Vicente Moreno quien, por fin, ha podido despejar las dudas en torno a su figura, ya suma tres triunfos de forma consecutiva, pero no se conforma, sino que quiere más. Tras prácticamente certificar el objetivo de la permanencia, la entidad que suele disputar sus encuentros en El Sadar tiene claro que debe planificar lo que será su próximo curso. Hay algún que otro nombre que ha salido a la palestra en los últimos meses, pero hay uno en particular que destaca por encima del resto, y este no es otro que el de Ilaix Moriba, quien milita, en estos momentos, en un Celta que empieza a rozar Europa con la yema de los dedos.
Cedido por el RB Leipzig en Vigo y con contrato con los alemanes hasta el 2026, lo cierto es que Moriba ha conseguido empezar a recuperar su mejor versión. Tras haber jugado en clubes como el FC Barcelona o el Valencia, el guineano, quien apenas tiene 22 años, sabe que tiene mucho fútbol por delante, por lo que se ha exprimido este curso a las órdenes de Claudio Giráldez para poder demostrar que es un jugador más que válido para casi cualquier equipo.
Después de lo que se ha podido ver de él en el césped de Balaídos a lo largo de la temporada, no es de extrañar que Osasuna, tal y como apunta Diario de Navarra, se haya fijado en él para hacerse con sus servicios de cara a un curso, el 25/26, que se prevé de lo más movido en las oficinas de El Sadar. No en vano, hay que tener en cuenta que su entrenador, Vicente Moreno, no está, ni mucho menos garantizado, para la próxima campaña, algo que no hay que dejar de resaltar.
Moriba, quien ha conseguido su objetivo a las órdenes de Giráldez, guarda un buen recuerdo del que, si todo va bien, puede ser su nuevo equipo en los próximos meses. Para ello, hay que remontarse un poco en el tiempo y acudir al año 2021, cuando era una de las grandes promesas del Barça, llegando incluso a debutar con el primer equipo, de la mano de Ronald Koeman.
En el choque ante Osasuna de aquella temporada, el joven, que quería demostrarle al neerlandés que su confianza estaba más que justificada, anotó su primer gol con la entidad de la Ciudad Condal. A pocos minutos para que finalizara el partido, Moriba, que se aprovechó de una gran asistencia de Leo Messi, pudo deshacerse con un recorte de su par para, poco después, introducir el balón en la red con un remate fino y elegante.
Sin duda, esta ha sido la temporada de confirmación de un jugador que lo necesitaba como agua de mayo. No en vano, de los 33 partidos que se han disputado hasta el momento, Moriba ha jugado 28 en el torneo de la regularidad, repartiendo una asistencia, siendo titular en el 55% de las ocasiones y disputando el 58% de los encuentros que ha disputado un Celta que es consciente de que, el próximo curso, se puede quedar sin un centrocampista de lo más valioso.