Caparrós se tira de cabeza

En la eufórica y desatadísima celebración del técnico utrerano se intuye lo mal que lo ha pasado en estas cinco semanas al frente de un equipo que (entre otra muchas cosas) adolece de gol pero que, al menos, con él está teniendo 'más cabeza'

Caparrós se tira de cabeza
Caparrós lo dio todo en la celebración de la victoria ante la UD Las Palmas. - Sevilla FC

A la quinta fue la vencida para Joaquín Caparrós, en cuya desatadísima celebración (saltitos, abrazo al árbitro, salto de valla, celebración con la grada, bufanda al cuello...) evidenciaba lo mal que lo ha pasado en estos cuatro partidos anteriores resueltos con un pobre parcial de dos puntos de 12 que agravaba la funesta herencia que le dejó Xavier García Pimienta con un parcial de 0 de 12 anterior a su destitución y con una racha sin ganar en el Ramón Sánchez-Pizjuán que se ha quedado a un solo día de alcanzar los cinco meses de duración.

Esa primera victoria en su cuarta etapa como entrenador del Sevilla FC llegó de 'caparrosianas' maneras, sacando petróleo de un encuentro en el que la plantilla mostró su tensión y sus grandes limitaciones; pero que resuelto con 1-0: por fin con una portería imbatida, tras ocho citas seguidas encajando y gracias al polémico tanto anulado a la UD Las Palmas por una leve falta a Nyland, y con un nuevo gol de cabeza, el anotado por Álvaro García-Pascual en el minuto 52 para dejar ya virtualmente amarrada la permanencia.

Un Sevilla errático, dolorido y sin gol, pero con 'más cabeza'

Sin Akor Adams, lesionado; sin Isaac Romero, sancionado por tercera vez esta temporada; con Dodi Lukébakio enlazando su duodécimo partido seguido sin marcar... Entre otras muchísimas cosas, a este atenazado Sevilla FC que le ha tocado dirigir a Caparrós le falta mucho gol. Muchísimo.

Para colmo, se lesionó definitivamente en la primera mitad el que se estaba destapando como mejor argumento ofensivo, el central Kike Salas, que metió uno ante el Leganés y en la visita al Celta marcó otro y lanzó otro remate al larguero en esos balones colgados que tan poco frecuentes eran con García Pimienta. En 31 jornadas con el barcelonés, el equipo blanquirrojo sólo marcó un gol de cabeza, el de Saúl Ñíguez en Girona (ya en la jornada 20).

A diferencia del catalán, la poca pegada que el utrerano ha sido capaz de encontrar en estas cinco jornadas ha sido con cabezazos. En concreto, el 50 por ciento de los seis goles anotados por el Sevilla FC desde el relevo en el banquillo han sido testarazos. Empezando desde el primer día, aquel remate a un centro desde la banda derecha de Peque Fernández en el 1-1 ante el Deportivo Alavés. Las cámaras incluso pillaron al veterano entrenador haciendo el gesto con el cuello como si pudiese rematar él con la cabeza del ex del Racing.

Tras volver de vacío en el 1-0 contra el CA Osasuna en Pamplona, un 'martillazo' de Kike Salas y un remate con la pierna derecha de Isaac Romero fueron las dianas en el 2-2 con el CD Leganés; mientras que el de Morón repitió cabezazo haciendo el definitivo 3-2 en la visita al RC Celta de Vigo, choque en el que Nemanja Gudelj transformó un penalti. La celebradísima peinada de Álvaro García-Pascual en el agónico 1-0 frente a la UD Las Palmas, tercer tanto de esta lista, manda por fin al Sevilla de cabeza a la permanencia en una temporada de insoportable sufrimiento.