Alejandro Sáez
‘Monchi se va’; 'Monchi deja el Sevilla'... Cada vez son más los que repiten ese mantra entre el sevillismo y yo cada día lo tengo más claro a pesar de que en ningún momento he intercambiado ni una sola palabra al respecto con el de San Fernando en las últimas fechas. Pero, a final de temporada, Monchi se va y deja de ser el director deportivo del actual Sevilla FC.
Y ojalá que lo haga. Pues eso será buena señal para el Sevilla FC como entidad; sinónimo de que el club ha mantenido la categoría y no ha dado el tan temido segundazo que ya muchos auguran y que jornada tras jornada, viendo la dinámica y todo lo que rodea al conjunto blanquirrojo, es más que factible.
Si existe una posibilidad segura para que Monchi no acabe dando un paso al lado a final de curso es esa, que el Sevilla descienda. El León San Fernando nunca dejaría a su equipo en la estacada, sintiéndose ‘obligado’ en ese supuesto a arrimar el hombro -si los que mandan quieren, claro está- para conseguir sacar a su Sevilla FC del pozo y devolverlo a una situación que nunca debería haber cambiado.
‘Monchi se va’. Esa es la frase más repetida por todos los que tienen ocasión de hablar con él (aunque sea de otras cuestiones que nada tienen que ver con su futuro) o que conocen el entorno del Sevilla FC de manera más o menos próxima. La situación no es la idónea en ninguna de las esferas y lo institucional tampoco ayuda a nada. El actual consejo de administración ya se ha encargado de señalarlo cuando el paraguas se calaba y al gaditano le perseguirá hasta los restos el ‘Vamos a cantar el himno’ en Almería cuando la fuga de agua ya era visible y comenzaba a hundir el barco. El director deportivo se afanaba en dar la cara cuando no le correspondía e intentar achicar el agua con cubos de playa, pero…
Como máximo responsable deportivo que es, tiene su cuota de culpa. Nadie discute eso a estas alturas. Incluso él mismo se erige como el máximo responsable de la mala planificación. Sin embargo, cualquiera que entienda un poquito de fútbol comprende a las primeras de cambio que a una figura con el bagaje profesional como el de Monchi no se le olvida fichar de un día para otro. Y repito, que su cuota de culpa tiene, pero que no debe ser nada sencillo acudir al mercado con la correa echada o con el ‘no’ de antemano para ciertas operaciones. Eso, por no hablar de los momentos oportunos para vender ciertos jugadores o de cómo tu opinión no es tenida del todo en cuenta para este tipo de decisiones.
Por todo esto y más hay que entender también las actuales dificultades del Sevilla FC en el presente mercado invernal. El de San Fernando ni puede ni quiere hipotecar a los de Nervión más allá del 30 de junio. ¿Por qué? La respuesta a eso sólo la tiene él, aunque en el fondo es muy sencilla.
Jugadores cedidos y con opción de compra no obligatoria a final de curso. Refuerzos que sirvan para mejorar y salir del pozo, pero sin condicionar las cuentas en el Sánchez-Pizjuán. Un Sevilla FC del futuro que prepara una necesaria revolución a partir del 30 de junio. Y a ser posible en Primera división.
Una revolución en la mente de un Del Nido que apunta a presidente más pronto que tarde. Una revolución en la que el letrado hispalense cuenta con Monchi para la dirección deportiva, tal y como ya ha explicado. Aunque será éste el que tenga la última palabra. ‘Monchi se va’. Todos filtran y repiten esta idea a lo largo de las últimas semanas, pero sólo Monchi sabe la verdad al respecto.
Pasional como nadie y hombre de sentimientos, ni el propio Monchi debe saber a ciencia cierta cuál será su futuro. Primero, por todos los cambios que se le avecinan a un Sevilla FC en plena guerra institucional. Y segundo, porque el propio Monchi le ha dado ya más de una vuelta en su cabeza al respecto y debe seguir sin tenerlo claro.
Por eso, al menos yo, lo tengo claro: si Monchi se acaba yendo a final de temporada será lo mejor que pueda pasarle al actual Sevilla FC. Y es que será sinónimo de que ha mantenido la categoría. Luego llegará el momento de las necesarias revoluciones y ahí, en lo deportivo, si es contando en sus filas con uno de los mejores directores deportivos del panorama futbolístico, pues mejor. Y ese, pese a la numerosas y merecidas críticas que acumule en estos días, está en casa. Ramón Rodríguez Verdejo se llama.