Gerard Moreno desvela su punto de ruptura: "Hubo un día que pensé plantarme en el despacho de Fernando y decirle que hasta aquí hemos llegado"

El delantero repasa la etapa más dura de su carrera, marcada por lesiones y recaídas que lo llevaron a plantearse abandonar el fútbol. Su entorno y una racha positiva le han devuelto sensaciones que creía perdidas

Gerard Moreno desvela su punto de ruptura: "Hubo un día que pensé plantarme en el despacho de Fernando y decirle que hasta aquí hemos llegado"
Gerard Moreno desvela su punto de ruptura: "Hubo un día que pensé plantarme en el despacho de Fernando y decirle que hasta aquí hemos llegado" - Cordon Press

Tras varios años marcados por lesiones continuas y por la frustración de no poder encadenar partidos, Gerard Moreno reconoce que vivió un momento en el que sintió que ya no podía más. La última recaída lo dejó sin fuerzas y lo situó frente a un pensamiento que nunca había imaginado: dejar el fútbol profesional. El delantero relata ese proceso, el impacto en su día a día y el papel decisivo que tuvo su familia para que no tomara una decisión irreversible. Hoy, con tres goles en sus últimos tres partidos y con sensaciones renovadas, asegura que vuelve a encontrarse a sí mismo.

La recaída que hundió a Gerard Moreno y la idea de dejar el fútbol

El delantero no esconde que las lesiones le han afectado más allá de lo físico. La acumulación de recaídas lo llevó a un desgaste emocional que define sin rodeos. "Se me cayó el mundo encima con la última recaída, no tenía fuerzas para seguir...", reconoce al recordar ese instante en el que sintió que se quedaba sin recursos para recuperarse. Durante años, la enfermería fue un lugar demasiado habitual para él, y cada parada multiplicaba la sensación de impotencia, reconoció en una entrevista en AS.

Ese agotamiento desembocó en una reflexión extrema. "No te voy a negar que hubo un día que pensé plantarme en el despacho de Fernando (Roig Negueroles) y decirle que hasta aquí hemos llegado", confiesa. No era la primera vez que lo pensaba, pero fue en la última recaída cuando sintió que había alcanzado un límite emocional difícil de gestionar. Según explica, la idea de abandonar se cruzó por su mente de forma más firme que nunca.

El momento más crudo llegó en casa. "Llegué a casa y le dije a mi mujer: 'Basta, lo dejo'", admite. Aquel día, asegura, ni siquiera quería plantearse un nuevo intento de recuperación. "Era un momento en el que se me había caído el mundo encima por esa recaída y que no podía seguir así, ya no tenía más fuerzas." La repetición constante del mismo patrón lo había vaciado por completo y sentía que su cuerpo y su cabeza no podían soportar otro golpe igual.

Su familia, sin embargo, fue el sostén que necesitaba para no hundirse. "Ella, mis hijas, mis padres y mis hermanos hacen que no me caiga y que remonte cada vez", explica. Fue su mujer quien le dio "el impulso de levantarme" en el momento más difícil. Ese apoyo emocional se convirtió en el motor para volver a intentarlo una vez más.

Gerard Moreno: trabajo mental, miedos y la lucha por recuperar la confianza

Tras superar ese punto crítico, Gerard describe un proceso de reconstrucción que no se limita al plano físico. "He tenido que hacer un trabajo mental día a día, ya que eso no se va de un día a otro", explica. Las lesiones no solo afectan al cuerpo, también a la confianza, y el delantero lo explica con naturalidad. "Últimamente estaba sufriendo mucho más que disfrutando del fútbol", reconoce, una frase que resume el conflicto interno que arrastraba.

Uno de los aspectos que más le ha costado gestionar es el miedo a volver a lesionarse. "Más que tener miedo, es ese pensamiento negativo que siempre te ronda la cabeza cuando vas a jugar un partido", detalla. Lo describe como algo involuntario: "Es un pensamiento que tú no quieres que venga, pero que es intrusivo y aparece de repente". Para combatirlo, asegura que intenta centrarse en lo esencial: "Me esfuerzo y me centro en el trabajo que hago para evitar ese pensamiento".

Curiosamente, ese temor no aparece en los entrenamientos. "Es curioso, porque en los entrenamientos no me pasa. Me pasa antes de los partidos y viene de forma recurrente", explica. Sin embargo, una vez empieza el juego, la mente se despeja: "Cuando estoy en el campo estoy pensando en jugar y no estoy pensando en eso".

Los buenos resultados recientes también le han ayudado. "Estos últimos partidos en los que he estado bien me está ayudando y me está dando mucha confianza", reconoce. Ese impulso emocional llega tras un periodo en el que cada pequeño avance significaba mucho. "Espero poder ir sintiéndome poco a poco mejor", añade, consciente de que su proceso requiere continuidad.