Jesús Navas lo engloba todo. Es el
hilo conductor del Sevilla. De éste que dirige con acierto Julen Lopetegui, de los equipos anteriores y, visto lo visto, también lo será de los futuros. Dentro de dos días cumplirá el décimo aniversario de su proclamación de
campeón del mundo. Fue en una acción en la que Torres participó testimonialmente, Cesc intervino de manera decisiva e Iniesta la inscribió con letras doradas en la historia; pero la realidad es que fue una jugada aparentemente intrascendente iluminada de repente por una carrera, plena de fe, del palaciego, que lleva toda la vida viendo lo que otros ni imaginan. Como el lunes, ante la muralla del Eibar. Además del Mundial, hace ocho años que levantó la
Eurocopa y 14 desde que alzó el primero de sus
seis entorchados con el club nervionense, con el que está devorando todos los récords habidos y por haber. Es la
memoria de la entidad, pero no pasa el tiempo por él. Se fue al City, volvió conservado en formol y sigue siendo el hilo conductor, el que le da sentido a todo. Es un lujo.
Un ejemplo a seguir. Siempre lo ha sido. Desde una infancia sobre el albero, cuando el balón le llegaba casi a la rodilla, hasta hoy, con
34 años que no le impiden eternizarse en las fotos de celebración del Sevilla. Ahora es
Ocampos, hace nada era
Ben Yedder y no hay que viajar mucho en el tiempo para rememorar sus
abrazos de gol con
Álvaro Negredo, con
Kanouté, con
Luis Fabiano, con
Baptista... Cambia el nombre del goleador, pero el del asistente es siempre el mismo. Navas
siempre encuentra la manera de ser decisivo y de mejorar todo lo que toca.
El 'Duende'
simboliza el espíritu competitivo y la raza de este Sevilla de Lopetegui, que da igual que juegue bien, mal o regular, porque
siempre es tremendamente complicado ganarle. También le ha costado vencer, a veces más incluso de lo entendible, pero sus
16 triunfos en esta Liga y su condición de
segundo mejor visitante -tras el Madrid- y de
cuarto conjunto menos goleado -el tercero es el Athletic
- le hacen llegar
a Bilbao pleno de confianza para acabar con una racha de nueve derrotas seguidas en San Mamés.
Navas es el único
superviviente del último Sevilla que conquistó Bilbao. Ha llovido. Fue en 2009, por un contundente 0-4 y con gol incluido del palaciego, en el antiguo San Mamés. Ya va tocando sumar allí y más en una
final con tintes continentales, con los locales jugándose plaza en la Europa League y con los visitantes viendo a tiro la tercera posición del Atlético, que no pasó del empate ante el Celta (1-1) y al que pueden igualar hoy,
al margen de poder sentenciar la cuarta plaza.
Si gana, mantendrá el colchón de seis puntos, a falta de sólo nueve por disputar, con respecto al Villarreal, que
venció en Getafe (1-3), se sitúo a tres de los nervionenses y descolgó de paso a los azulones, sextos y a siete puntos que esta noche pueden ser 10.
Para buscar una victoria que permita seguir mirando arriba y no abajo,
Lopetegui pondrá en liza un once 'bastante titular', con pocas rotaciones más allá de la
obligada en la portería, donde el lesionado
Vaclik dejará sitio para que Bono ofrezca su último servicio para el club -
con Javi Díaz y Alfonso Pastor en el banco-, y en la delantera, donde
Suso y En-Nesyri podrían dar algo de respiro a
Munir y De Jong.
Koundé vuelve de sanción y regresará a la defensa junto a los otros dos intocables, Navas y
Diego Carlos, y presumiblemente
Reguilón. La disyuntiva entre
Fernando o Gudelj, con sempiterna ventaja para el siempre fiable pivote brasileño, y entre
Banega y Óliver Torres, que jugaron juntos de inicio ante el Eibar, está siempre ahí. La presencia del
omnipresente Joan Jordán, suplente el lunes, y la del
nuevo héroe del sevillismo, Lucas Ocampos, están prácticamente garantizadas.
Tampoco hará experimentos
Gaizka Garitano, que tiene enchufadísimo a un equipo que ha dado la cara y ha rendido
a un nivel altísimo tras el parón, a pesar de tener que enfrentarse a rivales de la talla del
Valencia, Real Madrid o el propio Sevilla en apenas una semana. El técnico vasco tiene dos bajas importantes: por sanción, la de su máximo goleador, un
Raúl García en los mejores números de su carrera (13 dianas), y por lesión, la del central
Yeray.
Unai Núñez suplirá al zaguero y entre
De Marcos y Sancet saldrá el sustituto del navarro; dependiendo de si
Muniain juega por detrás de
Williams o si actúa en la banda derecha, con
Iñigo Córdoba ocupando el costado izquierdo del ataque rojiblanco, que tratará de avanzar en su lucha por estar en Europa ante
un Sevilla que suma cinco victorias y seis empates seguidos y que
no pierde desde el 9 de febrero (2-1 en Vigo). Son números dignos de
una Champions con apellidos vascos, objetivo que dejó encarrilado tras ganar al Eibar y que debe confirmar hoy en Bilbao y la semana que viene en San Sebastián. ¡Aúpa, pues!
- Alineaciones probables:
Aitor Torvisco7 min lectura