Carlos Alcaraz saca ventaja de su mejora en París
Carlos Alcaraz ha encontrado este año un avance en uno de los aspectos clave del juego, el saque, donde gracias a los cambios que ha introducido este curso, ahora es mucho más efectivo, como está demostrando este año en Roland Garros

El saque es un arma que cada vez es más importante en el tenis debido a que los jugadores son más y más grandes, lo que les permite sacar más fuerte y a la vez, ha sido históricamente algo defenestrado en la escuela española. El tenis español es uno de los máximos exponentes del deporte a lo largo de la historia. Los jugadores que han salido de nuestro país y se han colocado entre los mejores del mundo se cuentan por decenas, sobre todo debido a que en tierra batida eran los mejores. Sin embargo, su estilo ha sido siempre más machacón que potente, y eso incluye que el servicio no ha sido el símbolo predominante.
Por eso mismo, en los últimos años, cuando hemos dejado de producir talento en esas cantidades, solo nos queda Carlos Alcaraz como grandísimo referente. El murciano es el número 2 del mundo y se puede decir que oposita a ser el mejor, al menos en cada torneo en el que salta a pista tiene esa disputa con Jannik Sinner, líder actual de la ATP. Los dos se empujan a mejorar y encontrar armas en su juego que les permitan tener más opciones al enfrentarse y en el caso del astro murciano, esa ha sido el saque.

Una mejora constante
Carlitos no es de los tenistas más altos, pero con los 183 centímetros que le separan del suelo puede llegar a sacar muy bien, aunque es algo que al principio de su carrera no tenía tan dominado. Sin embargo, este curso lo ha conseguido a base de pequeños cambios muy útiles. Para empezar esta pretemporada cambió su mecánica, lo que una vez que la dominó, le dio unos kilómetros por hora adicionales en el golpe. Además, unos gramos en la realidad también vinieron muy bien.
Más allá de eso es que es el golpe que más entrena y eso se puede ver luego reflejado en los partidos, donde es capaz de ganar muchos puntos y sobre todo, de cada vez conceder menos 'breaks', uno de los grandes debes de su carrera. En Roland Garros se puede apreciar, siendo el partido de cuartos de final contra Tommy Paul el epítome de este avance. Carlitos perdió cinco juegos en el partido, pero es que más grande aún fue lo que hizo sirviendo, pues en todo sus turnos solo cedió siete puntos. No obstante, como ha confesado Juan Carlos Ferrero, sigue entrenándolo y espera evolucionar más y más para tener toda la confianza que necesita.