La gran promesa del tenis mundial pone patas arriba Roland Garros

Joao Fonseca lo tiene todo para ser la nueva estrella del tenis mundial. La popularidad de tener a todo un país como Brasil detrás, sumado a su propio carisma pese a ser todavía un adolescente; y claro está, el tenis. Pese a que tiene días en lo que pincha, por culpa muchas veces de la mencionada edad, el joven carioca tiene un talento como hacia tiempo que no se veía. No son pocos los expertos que lo colocan como el potencial más cercano a Carlos Alcaraz y Jannik Sinner, y cada vez que llena un Grand Slam, lo demuestra a lo grande.

Ya en su estreno en el cuadro final de uno, en el Open de Australia, arrasó a Andrey Rublev, y ahora en París, en la que es su superficie fetiche, llegaba con todas las expectativas a sus espaldas. Para empezar le tocaba un hueso muy duro como Hubert Hurkacz, que venía de jugar la final de Ginebra ante Novak Djokovic el sábado y pese a no ser ni mucho menos un consagrado arcillero, tiene armas para complicar a cualquiera.

Una tormenta brasileña

Bueno, a cualquiera no, porque Fonseca le ha pasado por encima. En el primer parcial, con una rotura muy temprana, ha puesto la directa. Además de que el polaco ha necesitado asistencia médico con solo cuatro juegos jugados, lo que llevaba a pensar en que igual no acababa el duelo. Sin embargo ha seguido, para terminar siendo víctima de una exhibición. Cuando apenas pasaban 28 minutos de duelo, el sudamericano ya mandaba 6 a 2, y no tenía visos de parar. Con el saque, casi perfecto; la derecha, como un misil; y en general, superando en cada uno de los aspectos a su rival, superado.

Si algo tiene 'Hubi' es que es un sacador excelso, y en el segundo parcial ha mejorado en este aspecto, sin embargo, en el momento clave ha vuelto a pinchar y ahí Fonseca no ha dudado en aprovecharlo para poner el 6-4 y dejar visto para sentencia el duelo, a falta del tercer set. Una manga que sería definitiva, porque si antes el 'break' había llegado al final, ahora lo ha hecho al principio, y ha ido acompañada de otra más, que le han permitido poner el broche al partido con un 6-2. La tremenda victoria del 'niño' ha puesto patas arriba la pista 7 de Roland Garros, en la que literalmente no cabía un alfiler, pues se han quedado miles de personas fuera. Ahora se medirá al local Pierre Hughes Herbert.