Sabalenka es víctima de la campanada del año en la WTA

El tenis femenino ha entrado a lo grande en la gira de tierra batida. Antes de la disputa del primer WTA 100 sobre esta superficie, que arranca esta semana en Madrid con el Mutua, ha tenido lugar uno de los WTA 500 que mejor cartel reúne de todo el curso, el de Sttugart. El evento alemán tiene un cuadro digno de los mejores torneos y la primera gran parada europea en arcilla antes de encadenar Madrid, Roma y Roland Garros, pero este curso ha venido con una sorpresa muy inesperada en forma de regreso rutilante de una antigua estrella, Jelena Ostapenko.

La letona, campeona de Roland Garros en 2017, cuando apenas era una adolescente, lleva años sin volver a la élite de forma muy clara. Aunque siempre deja grandes partidos y victorias imponentes, como las que ha logrado siempre como Iga Swiatek, de la que es su bestia negra, habiéndole ganado todos y cada uno de los 6 enfrentamientos entre sí, pero a la hora de la verdad le faltaba un paso más para volver. Por ejemplo este año, cuando alcanzó la final del WTA 1000 de Doha, pero perdió contra Amanda Anisimova.

La tormenta perfecta en Stuttgart

Su potencia incontrolable viene acompañada de una gran irregularidad, pero las semanas en las que está inspirada es una de las jugadoras más dominantes del circuito, y eso es justo lo que ha sucedido estos días en Sttugart, donde ha pasado por encima de todas y cada una de las rivales que se le han puesto enfrente. Ya venía avisando de que podía ser su torneo, pero al estar fuera del top 20 no se percibía como una amenaza seria. De hecho, ni tan siquiera tras pasar la primera ronda por la retirada de Yastremska o la segunda superando a una Emma Navarro inferior, parecía llamada a llegar muy lejos.

Pero todo cambió cuando en los cuartos de final superó a la gran dominadora de la arcilla en la WTA, una Swiatek que aún no ha podido batir a la letona en sus seis duelos y esta vez no fue diferente, en el que era el primer partido que jugaban en su territorio. En las semifinales no sufrió con Aleksandrova y solo quedaba la número 1 del mundo, Aryna Sabalenka. Pero nadie se podía imaginar lo que se iba a ver este lunes en la gran final, ya que no ha habido partido. Una Ostapenko celestial ha arrasado sin contemplaciones a la bielorrusa, con un contundente 6-4 y 6-1, que certifica la sorpresa y sobre todo, la pone en una posición de privilegio de cara a luchar por todo en esta gira.