Ángel Ortiz está integrado, pero Pablo García se pasó el juego

Aunque no acapara tantos titulares como Pablo García, también está viviendo un sueño Ángel Ortiz. El de Almendralejo, que este verano ha cumplido 21 años, es una de las grandes apuestas del Real Betis para la presente campaña. Le bastaron cuatro apariciones en enero con el primer equipo (debutó con la asistencia a Cédric Bakambu en el 0-1 definitivo en Palma de Mallorca) para convencer a Manuel Pellegrini, que tenía lesionados a Héctor Bellerín, Aitor Ruibal y Youssouf Sabaly, pero que ya advirtió de que, aunque alguno de ellos se recuperara, no pensaba quitar al chaval mientras rindiese a tan alto nivel. No se le caen los anillos por eso al 'Ingeniero'. Una dolencia muscular la sacó entonces de la alineación, volviendo testimonialmente en Gante y el Metropolitano. Su renovación, por varias razones, encalló, pero terminaba firmando hasta 2029 y quedándose con los mayores, como su compañero de fatigas en el Betis Deportivo, el otro privilegiado.

Atacante reconvertido a defensor como tantos otros en los últimos años, Ortiz demostró ante el Athletic Club que no sólo sabe atacar con un pegajoso marcaje a Nico Williams que hasta el propio Ernesto Valverde alabó. La versatilidad del de Sallent, además, minimiza el 'overbooking' en una demarcación donde su gran rival por la titularidad, por cierto, se deshace igualmente en elogios hacia el extremeño, que ha ido escalando peldaños en silencio en las categorías inferiores de la 'Rojita'. De la sub 18 a la sub 19 y, ahora, a la sub 21. Sin la excusa de la promoción del mismo entrenador, pues debutó con Pablo Amo y cuajó con Santi Denia antes de que David Gordo se haya rendido a la evidencia. De momento, se quedó con las ganas ante Chipre, con el pujante Álex Jiménez (sorpresa en el Milan, apuesta firme del Bournemouth) por delante. Ante Kosovo, este martes a las 19:00 horas, puede llevar su oportunidad de debutar.

Lo que no quita que Ángel esté plenamente integrado en el segundo equipo de España, como demuestra el vídeo difundido por la RFEF a través de sus perfiles oficiales de las redes sociales. En él se ve al carrilero bromeando con el meta colchonero Salvi Esquivel y el mediocentro valenciano del Stuttgart Chema Andrés en el famoso concurso que premia a quien adivine más equipos del mundo que vistan un determinado color. Pero, si Ortiz ya es uno más, su colega Pablo García, el más pequeño de la citación, se ha pasado literalmente el juego. Así, durante un ejercicio en el que los futbolistas de la sub 21 debían reaccionar a la media vuelta para rematar a puerta un balón bombeado, el del Parque Alcosa batía al propio portero de Estepona con una espectacular chilena, levantándose a continuación con una fingida chulería para afirmar, con una seriedad impostada: "¿Y ahora qué pasa? ¿Qué pasa? Que me me voy, venga".