Carlos Sainz empieza a asumirlo

Carlos Sainz afronta el Gran Premio de Hungría con la esperanza de revertir una temporada complicada. El español admite la falta de resultados, pero mantiene intacta su confianza: “La velocidad no ha desaparecido”, lanza como mensaje a quienes dudan de su rendimiento en 2025. Tras un primer tramo de Mundial lleno de altibajos, con más frustraciones que éxitos, el piloto de Williams se planta en el Hungaroring con la necesidad de encontrar esa chispa que lo reactive. “Cuando llegue un buen resultado, los demás llegarán más fácil”, afirma convencido.

El madrileño, actualmente fuera del top-10 del campeonato, confía en que un solo domingo cambie el curso completo de la temporada. “Este deporte funciona por inercias. Todavía no hemos tenido esa carrera que te da impulso. Pero llegará. Y cuando lo haga, todo será más sencillo”, asegura.

Con un coche que ha demostrado fiabilidad, especialmente en la zona media, Sainz considera que el potencial está ahí, pero que les ha faltado fortuna en momentos clave. “La velocidad no se ha esfumado. Los dos (Fernando y yo) tenemos coches que van justos para el top-10 y si encima no acompaña la suerte, es muy difícil. Pero eso no significa que hayamos perdido el talento”.

“Vine por el potencial del futuro”

Además, Sainz zanjó cualquier duda sobre su fichaje por Williams y dejó claro que su mirada va más allá de los resultados inmediatos. “No vine aquí por lo que pasara en 2025. Vine por lo que se puede construir en 2026, 2027 y 2028. Cuanto más estoy con el equipo, más claro veo el camino. Pero también hay muchas cosas por mejorar”.

El propio piloto admite que el cambio reglamentario de 2026 todavía genera incógnitas. “Hasta que no lo probemos en pista no sabremos la verdad. El simulador ayuda, pero no dice todo. Lo que más me preocupa es la potencia, porque se corta en plena recta y eso es muy extraño. También la variabilidad de un giro a otro”.

Sainz se agarra al paso por Hungría

Hungría, con un trazado más técnico, se antoja como una pista complicada para su monoplaza, aunque hay margen para sumar. “Podemos estar a un nivel como el de Austria o Barcelona. Si las mejoras funcionan, podremos luchar por un par de puntos. Sería importante para recuperar esa inercia”.

Mientras tanto, Williams sigue en la pelea por ser el mejor del resto. “Éramos el equipo que más sumaba en la zona media. Ahora se ha igualado todo, pero seguimos ahí”, apunta. A falta de once carreras, Carlos mantiene viva la llama. Y su mensaje es claro: aún queda mucho por decidir.