El ídolo argentino acaba con el sueño de la nueva joya de la ATP

El tenis argentino tiene un nuevo ídolo al que admirar. Tras muchos años de travesía por el desierto en busca de un sucesor de Juan Martín del Potro o David Nalbandián, al fin ha emergido el que estaba llamado a serlo, Fran Cerúndolo. El jugador de Buenos Aires está cuajando un gran inicio de curso, pero en el Mutua Madrid Open ha emergido como lo que es, un talento especial. Tras colarse en cuartos de final eliminando a Alexander Zverev, primer favorito del cuadro, tenía enfrente al campeón del Masters 1000 de Miami y una de las grandes historias del año a sus 19 años, pero que se ha estrellado contra la muralla porteña.

Dos de las grandes sorpresas del torneo y por extensión del curso ATP frente a frente. Por un lado Jakub Mensik, ganador del Masters 1000 de Miami y que tras tomarse un descanso en Montecarlo ha llegado a la tierra batida con ganas de dar guerra. Aunque en la Caja Mágica se ha encontrado con un hueso, Fran Cerúndolo, que tras ganar a Alxander Zverev un año más quiere dar un paso más y llegar a pelear por el título. Un duelo con dos estilos muy diferentes, pero con la potencia por bandera y en el que los errores se iban a pagar caro.

Exactamente eso fue lo que le sucedió al argentino en el primer parcial, cuando perdió su saque muy rápido y no pudo levantarlo ante un cañonero como el checo, que además de un 'bazooka' en la derecha tiene un saque casi impenetrable. Así se llevó la manga por 6-3, quedándose a un paso de unas nuevas semifinales. Sin embargo, el porteño tenía otros planes.

Resurrección argentina

Cerúndolo es un jugador joven, pero aún así le saca 6 años a Mensik y eso lo usó en el segundo set. No era capaz de romper, pero presionaba en cada turno. Así se plantó en octavo juego, donde tuvo hasta tres oportunidades de break, pero no las aprovechó, dando alas a su rival. Así se plantó en el undécimo, donde esta vez le tocó remar para evitar que fuera su rival quien quebrara. Y lo hizo, llevando el parcial al 'tiebreak', donde no falló, para conseguir la igualada y dejar todo para una apoteósica tercera manga.

Y en la tercera solo hubo un color (aunque los dos jugadores llevaran exactamente la misma indumentaria), el de la bandera alboceleste que con orgullo porta Fran Cerúndolo. El argentino, crecido tras igualar el partido, ha comenzado a lo grande, rompiendo el saque de Mensik y a partir de ahí ha sido un torbellino. Sin conceder una sola oportunidad al checo para devolver el empate al marcador y apretando en cada resto, así le ha llegado el próximo en el séptimo juego, lo que le ha dado la oportunidad de cerrar en el siguiente, para poner el 6-2 definitivo y clasificarse para las segundas semifinales de un Masters 1000 en su carrera, tras las de Miami en 2022.