"Las cuatro estaciones del Sevilla FC": el estado de ánimo de Almeyda y el bajón psicológico del vestuario

Desde su llegada a Nervión, el argentino ha tenido que actuar más como psicoanalista que como entrenador y ha vuelto a dejar reflexiones muy profundas en una rueda de prensa plenamente reivindicativa sobre lo que significa para él sentarse en el banquillo del Sevilla FC

Matías Almeyda se esfuerza en recordar que no es un psicólogo. Y es justo que lo haga, porque desde que es entrenador del Sevilla FC es, sin duda, el aspecto en el que más ha tenido que trabajar. Ya empezó la temporada recordando que el equipo venía con un déficit muy importante de confianza tras dos años sumamente duros, peleando en el pozo de la clasificación y casi sin oxígeno. Ahora, más de lo mismo. Han vuelto las lesiones, han regresado esos errores defensivos tan grotescos y el conjunto nervionense ha enlazado tres derrotas consecutivas. Se revive el clima de dudas y críticas, por lo que cabe preguntar: ¿Cómo está el vestuario? y ¿Cuál es el estado de ánimo del propio Almeyda? La respuesta, en la rueda de prensa previa al duelo liguero contra CA Osasuna, ha sido rotunda. Y le salió desde las entrañas.

Las cuatro estaciones del Sevilla FC de Matías Almeyda

"Yo trato de manejarme siempre de la misma manera. Sé que hay momentos en el fútbol que son como las cuatro estaciones del año: tenés invierno, otoño, primavera y verano. Y hay que estar preparado para pasarlo todo. En el otoño te empezás a aliviar un poquito, en el invierno hay que abrigarse, ya llega la primavera y empezamos a respirar, a ver qué florecen cosas, y el verano es lo que deseamos todos. Es donde hay más energía. El fútbol lo vivo desde ese lugar".

"Estoy aislado. No consumo comentarios, no me fijo en quien me dice qué. Desde ese lugar, trato de ser objetivo conmigo mismo y con el grupo. Creo mucho en el trabajo. Ahora, quiero que les quede claro algo: Yo acá estoy por amor. Yo no estoy para cumplir un contrato. Yo estoy por un desafío. Vine a un desafío grande donde todos saben que hubo entrenadores que no quisieron venir. Entonces, mi desafío es mucho más profundo que sólo ser el entrenador del Sevilla FC, quiero serlo por mucho tiempo y para eso necesito que el equipo juegue bien y gane. Eso es real desde ese lugar. Me costó tanto venir acá que no lo voy a entregar tan fácil. Va a costar mucho".

¿Cómo está Matías Almeida personalmente?

"Con sueños. Con muchos sueños de ver reflejado lo que me hizo tomar la decisión de venir. En este club jugué. Cuando uno juega en un club tiene despierta otra clase de sentimiento. Hay un agradecimiento porque el Sevilla FC me abrió las puertas del fútbol europeo cuando era joven. Si algo tengo yo es memoria. Por ello doy todo lo que tengo. Lo voy a dar hasta que me digan 'Basta'. Cuando uno tiene sentimiento, las cosas las hace con amor. Y si se hacen con amor, a la larga terminan bien. Estoy convencido.

"Con el 'staff técnico' hablo mucho. Con la parte dirigencial, también. Estoy abierto siempre al diálogo y tengo una excelente conexión con el grupo. Me hace feliz estar acá. Soy feliz. Obviamente cuando gano soy más feliz. Cuando pierdo no soy feliz porque me gusta ganar", ha expuesto, sacando con sinceridad todo lo que habita en su interior en este momento de malos resultados. Tras 11 jornadas, presenta peores números que el Sevilla FC de García Pimienta.

El golpe psicológico en el vestuario del Sevilla tras la derrota contra el Mallorca

"Previo a ganar al Barcelona, conseguimos tres triunfos. Sobre todo, fuera de casa. Es verdad que había esa euforia que provoca ganar un partido como el que habíamos ganado y jugándolo bien, aunque hubo errores también que no fueron penalizados con gol, supimos marcar diferencia. Después, los otros partidos se han dado así. En el fútbol juega una gran parte psicológica. Después del Barcelona, cuando jugamos otra vez en local, íbamos todos muy entusiasmados porque se habían creado expectativas altas y nos llevamos ese balde de agua helada y bajamos nuevamente; pero ya estamos en carrera otra vez. No podemos perder más puntos", ha dicho del mazazo que supuso el 1-3 ante el RCD Mallorca a la vuelta del parón de octubre.

"Bueno, lo de la excusa no lo voy a repetir porque ya lo dije y no voy a poner excusas. Eso está claro. Han sido partidos diferentes donde el resultado ha sido el mismo, adverso, pero en situaciones diferentes. No solamente trabajamos en lo que respecta a los errores, sino más bien en una fase de producir más, de lastimar un poquito más en los momentos que tengamos la posibilidad y después, es verdad, defendernos mejor. Lo hemos hecho bastante bien, tenemos que ser conscientes de lo bueno que hemos hecho para repetirlo y luego controlar errores que hemos cometido para tratar de corregirlos".