Perfil bajo contra el CTA: rectificación de Lukébakio y alegaciones al acta
Los servicios jurídicos tratarán de eliminar o, al menos, minimizar la sanción al 'pichichi' blanquirrojo, con éste de acuerdo en que mejor disculparse que desahogarse por lo ocurrido

El Sevilla FC ha empezado a ver las orejas al lobo del descenso a Segunda división y, consciente de que en su delicado momento de juego y resultados servirá de poco ir de frente contra el CTA, optará estos días por un perfil bajo en sus quejas contra los árbitros. Así se lo han hecho entender desde las altas esferas a Dodi Lukébakio, muy caliente tras su expulsión ante el CA Osasuna. El extremo belga utilizó sus redes sociales para desahogarse, señalando tanto a Cordero Vega como a Muñiz Ruiz por las acciones polémicas del encuentro de este jueves, pues entiende que "errar es humano, pero con VAR no hay excusa", por lo que considera lo que pasó "¡¡¡Inaceptable!!!". Este viernes por la tarde, ha borrado la publicación en Instagram para sustituirla por otra en la que se centra en asumir que el codazo a Alejandro Catena era evitable: "Me duele de verdad; lo siento mucho, sevillistas. ¡El cariño que me dais es incuestionable!".
Una estrategia, la de pasar página y no hacer demasiada, que se enmarca en una política más pragmática a pocos días de otra final en casa ante el CD Leganés. Tras el partido hubo otras veces críticas en el vestuario sevillista contra la actuación arbitral en El Sadar, como las de Saúl Ñíguez, Loïc Badé y Juanlu Sánchez, que no entendían cómo no se revisó la acción desde Las Rozas (al difundirse solamente la conversación entre los dos colegiados para anular la roja al local Pablo Ibáñez, se sobrentiende que no hubo llamada o que, en el mejor de los casos, al cántabro le comunicaron que no había motivos (léase un error manifiesto de apreciación) para que revisara su decisión en el monitor. El más inteligente fue Joaquín Caparrós, que se olvidó de la otra expulsión y metió en la película a Real Madrid y FC Barcelona, preguntándose cada intervención si en la final de la Copa del Rey se atreverían a expulsar al culé Raphinha o al merengue Vinícius por una acción como la del belga.
Paralelamente, los servicios jurídicos del Sevilla FC escudriñan el acta de Cordero Vega para presentar alegaciones con el fin de que el 'pichichi' pueda estar el domingo 4 de mayo o que, a lo sumo, se pierda solamente la cita contra los 'pepineros', ya que la tipificación del codazo de Lukébakio puede acarrearle entre uno y tres partidos de sanción. La idea, dependiendo de la respuesta del Comité de Disciplina Deportiva de la RFEF, es recurrir si fuera pertinente a Apelación, aunque lo que se filtra desde los despachos del Ramón Sánchez-Pizjuán es que hay poco resquicios para el "milagro", como califican una hipotética exculpación del atacante de origen congoleño (si acaso, un error de apreciación, al consignar en el acta un codazo cuando empuja al rival con el antebrazo). Su marcha atrás en las críticas a los colegiados y el VAR entra dentro de este nuevo empeño en no significarse demasiado por parte de uno de los clubes, curiosamente, implicados en la reforma del arbitraje español.