El sufrimiento de Lewis Hamilton no tiene recompensa

Lewis Hamilton lo ha pasado mal este fin de semana en Hungría, muy mal. Su etapa en Ferrari está siendo un calvario, pues salvo algunos brotes verdes no ha podido en ningún momento acercarse a los mejores, ni siquiera a su compañero de equipo Charles Leclerc, quien está peleando por ser el azote de los McLaren, pero el siete veces campeón del mundo es una rémora de lo que fue. Tras la 'qualy' en Hungaroring confesó sentirse inútil y que si fuera directivo de Ferrari tendría claro que firmaría a otro piloto. Esta sensación derrotista no ha cambiado tras la carrera, donde solo ha podido reeditar el 12º puesto desde el que partía.

El mayor problema del británico es que haga lo que haga no puede solucionar nada y acercarse. El ejemplo perfecto ha sido el del trazado magiar, en un nuevo día aciago, donde no se escapa de la sensación de que sufre en un esfuerzo que cae siempre en saco roto. La del domingo “ha sido una tarde muy larga” y en la que los esfuerzos e intentos por mejorar tras la clasificación del sábado “no han servido para nada”. Un ejemplo más del hastío que le persigue en esta etapa de rojo donde todo debería ser alegría y una nueva motivación.

No obstante, lejos de mensajes apocalípticos y donde la retirada sea una opción, Hamilton reconoce que ahora tiene que “olvidar esto" y levantarse para buscar el plus que le falta. Ahora, con el parón estival y de cara a la segunda parte de la temporada, se ha marcado como objetivo “intentar resetear” y ser de nuevo el piloto que tantas veces ha dominado con puño de hierro en el 'gran circo' y que este año algunas veces ha conseguido ser.

Leclerc, decepcionado

En el otro lado está Charles Leclerc, que esta sábado consiguió una tremenda pole, pero al final no le sirvió para nada, puesto que ha terminado pinchando e incluso se ha quedado fuera del podio, 4º. De hecho, el monegasco calificó como “una auténtica pena” no lograr el triunfo o alcanzar al menos el podio. Leclerc afirmó que tenían “una oportunidad" y la han "desperdiciado por un contratiempo en el chasis”. "Cuando salí del coche vi que teníamos que investigarlo, aunque es una pena. No creo que hubiéramos podido hacer nada”. Además, sufrió una penalización de cinco segundos por moverse en la frenada contra George Russell, que acabó adelantándole en las últimas vueltas de la carrera.