Aitor Torvisco5 min lecturaEl vestuario del Sevilla FC es permeable. Evidentemente, eso que tanto dicen los profesionales de que los vestuarios están herméticos a todo lo que se dice fuera no deja de ser una metáfora para apelar a su trabajo, que es sacar la situación adelante y mejorar. Sin embargo, resulta obvio que el momento de máxima crispación, de tensión y de inestabilidad a todos los niveles (afición, directiva, resultados, entrenador, economía...) acaba calando y afectando al estado anímico del cuerpo técnico y de la plantilla. En ese sentido, Xavier García Pimienta ha realizado este jueves un enorme ejercicio de responsabilidad de su cargo. Ha defendido a capa y espada a sus pupilos, ha manifestado que todos están tan dolidos como con ganas de revertir las "noticias desagradables" que vienen recibiendo y, aunque ha mostrado empatía con el enfado del sevillismo, se ha mostrado convencido de sus posibilidades y ha asegurado que "todo irá muy bien en este final de temporada".
"Llevamos tres derrotas consecutivas, estamos dolidos pero con muchísimas ganas de revertir esta situación, como no puede ser de otra manera. Tenemos por desgracia, las dos noticias desagradables que son las lesiones de Akor Adams y de Rúben Vargas, más la de Tanguy (Nianzou), que no ha participado desde enero. Son bajas importantes, pero estamos con muchísimas ganas de revertir esto", ha explicado en una rueda de prensa en la que ha reconocido también que tiene las dudas de Pedrosa y Sow, "aún con molestias".
"Esto es un tema de todos. Todo el mundo tiene cosas que aportar. No está sólo la gente que sale de inicio, también hay gente que sale de suplente que muchas veces son los que resuelven partidos. Yo veo a todo el mundo mentalizado y preparado para ayudar al Sevilla, ya sea desde el inicio o entrando del banquillo. A veces no es fácil salir desde el banquillo porque el partido está en marcha y o no tienes los minutos que tú necesitas para rendir; pero yo veo a todo el mundo mentalizado", ha insistido en la comparecencia posterior al último entrenamiento de la semana, defendiendo sus cambios, la escasa profundidad de la plantilla o el nulo rendimiento de algunos 'pesos pesados'.
"Yo estoy perfectamente, de verdad, os lo aseguro. Estoy perfectamente, con muchísimas ganas, muy mentalizado de dónde estoy y de que esto es fútbol. Lo tengo muy claro. Por ejemplo, el año pasado sí que es cierto que hubo una muy mala racha al final de temporada con la Unión Deportiva Las Palmas, pero se cumplió el objetivo, que era el de salvarse. Cuando tú cumples el objetivo, yo creo que el resto pasa a un segundo plano".
"Es cierto que ahora llevamos tres derrotas consecutivas, pero el equipo tiene 36 puntos, estamos en una situación clasificatoria cómoda en la que aún podemos aspirar a muchas cosas y ganamos el derecho a luchar por cosas importantes. Eso va a depender de nosotros. Del resto, os aseguro que estoy perfectamente, aislado de todo", ha explicado, insistiendo en que no percibe ningún ultimátum o pérdida de confianza.
"Como cualquier afición, tiene que mostrar si está contenta o si está descontenta. Ahí nosotros no vamos a meternos porque la afición es soberana. Siempre que le hemos dado un poquito nos ha llevado en volandas y, de hecho, prácticamente todo el partido contra el Atlético de Madrid estuvo ayudando al equipo y no dejó de animar".
"Depende de nosotros, si las cosas van mal deportivamente, la afición tiene que mostrar su su desencanto o su alegría. Por desgracia, llevamos desde diciembre, en la despedida de Jesús Navas, sin ganar aquí en casa, imagínate lo que supone para todos, pero especialmente para la afición, que lo que quiere es ver ganar a su equipo", ha reflexionado empatizando con el enfado general.