La jornada del jueves en el Mutua Madrid Open amaneció con la dolorosa noticia de que Carlos Alcaraz iba a causar baja en el torneo por culpa de la lesión en el aductor que se produjo en la final del Conde de Godó. Aunque el torneo madrileño es uno de los que más o quizá el que más le gusta al tenista murciano, al final debe tener cabeza y pensar en su salud. Sin embargo, es un duro golpe tanto para él como para el público español, que tenía la oportunidad de verle de nuevo en la Caja Mágica después de un 2024 también lastrado. Pero no ha podido ser, porque Carlitos ha hecho una arriesgada apuesta a grande.
La apuesta tiene fecha y nombre, Roland Garros, del 25 de mayo al 8 de junio. El segundo Grand Slam del curso se disputa en París esos días y allí tendrá la difícil tarea de defender su corona, algo para lo que sí o sí tendrá que estar al 100%. El regreso de Jannik Sinner tras su sanción; Novak Djokovic centrado del todo en ser de nuevo campeón en el Bosque de Bolonia; Holger Rune y su espectacular gira de tierra; o incluso el advenimiento de Joao Fonseca. Todos ellos con el único objetivo de derrocarle.
Por eso mismo no sorpresa que aunque sea doloroso y arriesgado dejar pasar la oportunidad de intentar si quiera el jugar ante su público, al final ha tomado la decisión más oportuna para él y para su futuro, en la que menos se pone en riesgo. Al final un pequeño desgarro puede convertirse en rotura y eso si que sería demoledor, no solo para la tierra, si no también para la hierba, que está muy próxima.
Si hay un Masters 1000 que el de El Palmar se haya tomado con más calma estos últimos años ese es el de Roma. El darlo todo en Barcelona y Madrid acaba siendo un lastre de cara al Foro Itálico, pero en 2025 será diferente. El evento transalpino es su última gran oportunidad para probarse antes de pelear por la Copa de los Mosqueteros, así como de ascender al segundo puesto del ranking. En ese complicado contexto no se puede descartar que haga todo lo posible por llegar, como él mismo no esconde. Aunque eso sí, el verdadero camino va a depender de una única cosa, el avance de su lesión, porque el riesgo va a ser siempre el mínimo.