Valentin Vacherot se carga a Rune y sigue haciendo historia en el Masters 1000 de Shanghái

El tenis es un deporte que a veces nos regala grandes historias en forma de hazañas protagonizadas por héroes inesperados, que se plantan en lugares que no les correspondería. Un gran ejemplo está llegando esta semana en el Masters 1000 de Shanghái, donde Valentin Vacherot, un desconocido monegasco que ocupa el puesto 2024 de la ATP, ha dado un salto de calidad hasta llegar a los cuartos de final del torneo chino, ganando a rivales de grandísima entidad. Pero lejos de estancarse ahí, quiere más. Y para ello ha tenido el gran día de su carrera ante Holger Rune, consiguiendo una victoria para el recuerdo con remontada incluida. Y puede que no se quede ahí, pues le queda la baza de animar a su primo Arthur Rinderknech, la otra gran campanada de la semana, que juega mañana ante Felix Auger-Aliassime.

El danés, 10º cabeza de serie y en plena lucha -aunque con pocas opciones- por las ATP Finals, no es ni mucho menos el jugador más seguro de la ATP, a la vez que su físico es tendente a las lesiones. Eso hace que muchas veces haya pecado en torneos muy demandantes de sufrir este tipo de problemas. Por eso mismo sorprendía que en Shanghái, que está una escabechina de favoritos, siguiera adelante. Pero lo cierto es que tenía una oportunidad perfecta. Sin embargo, era sobre el papel, pues contra Vacherot la ha dejado escapar.

Rune tenía la victoria en su mano

Aunque el primer set si que ha impuesto su dominio. Al monegasco le ha pesado el escenario y lejos de su mejor versión, ha cometido muchos errores, además de dejar escapar oportunidades muy claras, hasta terminar concediendo dos roturas que marcaron el 6-2 en el marcador. En ese momento y teniendo en cuenta lo que estaba pasando en la pista, Rune parecía tener todo encaminado para estar en semifinales, pero le quedaba cerrar el partido.

Y Vacherot subió el nivel a base de garra y competitividad. Se dejó los errores en el pasado y a base de encadenar turnos de saque favorables, se plantó en el 'tiebreak', aunque de hecho, dejó escapar varias bolas de set antes. Y en el desempate no falló, para poner la igualada.

El danés estaba 'tieso' y cada punto le costaba. Al igual que Sinner o Djokovic, los calambres le estaban haciendo mella, todo ello mientras su rival parecía estar en un 'spa', muy relajado y jugando suelto. De hecho, hizo de esto su gran arma y consiguió dominar el partido. La iniciativa era suya y ante un rival tocado, física y psicológicamente, no sufrió en lo más difícil, cerrar la sorpresa. Así logró el 6-4 definitivo y ya espera rival en semifinales, que podría ser Novak Djokovic o Zizou Bergs.