Los agravios que no cesan: la mano oculta de Renato Veiga y la carga que sí vale en el Elche-Athletic
Aunque los puristas hablarán de mano de apoyo y de la ausencia de penalti, hasta el propio Villarreal sacó pecho en las redes sociales con una acción de pillo de la que se quejó el colombiano


Villarreal
Betis

Corría el minuto 12 de partido y el 'Cucho' Hernández, que poco antes no había llegado a un pase en profundidad de Pablo Fornals por la buena salida de Arnau Tenas de su área previa al posible mano a mano, se quejaba amargamente de un posible penalti de Renato Veiga que no se revisó o que, al menos, pasó inadvertido. El propio ex portero del PSG sonreía al explicar al colombiano que no había habido infracción del lesuo-caboverdiano, quien, utilizando un resquicio del reglamento, estiró su mano izquierda para tapar aún más hueco e impedir el disparo a puerta del '19' del Real Betis. Los puristas hablarán de que no hay infracción, por tratarse del brazo de apoyo en el césped, que no se puede quitar, y de una posición natural del miembro. Quien haya jugado alguna vez al fútbol discrepará.

De esta acción oculta sacaba pecho luego el propio Villarreal CF en las redes sociales, bautizando a su central como 'Renato Salvador Veiga', un granito de arena más que se une a otras decisiones de Hernández Maeso, con la omisión desde la sala VOR de un colegiado normalmente intervencionista como González Fuertes, que perjudicaron los intereses verdiblancos. El árbol de la reacción, cifrada en dos tantos muy parecidos de Antony Matheus dos Santos para salvar un punto sobre la bocina a partir del 2-0, no debe tapar el bosque de un conjunto de agravios que vienen de lejos, porque son no menos de seis años con polémica en El Madrigal, ahora La Cerámica, desde el penaltito de Marc Bartra a Samu Chukwueze en la 19/20 auspiciado, por cierto, por el propio trencilla asturiano.
En el ejemplo más reciente, y dejando a un lado tanto la mano 'a la remanguillé' de Renato Veiga y la patada en el aire de Pau Navarro a Junior Firpo, que se puede considerar leve, tiene como principal queja de los heliopolitanos un claro penalti a Giovani Lo Celso, a quien el mismo internacional sub 20 agarró del hombro dentro del área justo cuando el rosarino, tras hacer la pared con el 'Cucho' Hernández, se perfilaba para fusilar a Arnau Tenas desde muy cerca. Un contacto mínimo, claro, pero suficiente para no permitirle engatillar limpiamente, por lo que debió ser, como poco, revisado, lo que no ocurrió, pues el juego ni siquiera se detuvo unos segundos.
Lo de Roberto a Valentín Gómez no fue empujón, pero lo de André Silva a Vivian, sí
En muchas ocasiones, lo que molesta de las decisiones arbitrales no es que te perjudiquen, sino la diferencia de criterios, pues se supone que acciones idénticas deben tener un desenlace idéntico. Los colegiados, a principios de temporada, informan a los capitanes y entrenadores de los clubes de los posibles cambios o matizaciones que imperarán ese ejercicio. Por eso, no se explique que para Galech Apezteguía y Pizarro Gómez el empujón de Roberto Fernández que desequilibra a Valentín Gómez la jornada pasada, justo antes del parón, y que propicia el codazo involuntario del argentino a Leandro Cabrera fuera decretado como penalti, ratificado además por los principales analistas y al día siguiente por el CTA, pero que un desequilibrio todavía más leve si cabe de André Silva a Dani Vivian impida la roja directa al central del Athletic Club. Por vez primera en la 25/26, un árbitro principal (Guzmán Mansilla) mantiene su criterio tras ser advertido desde Las Rozas (por López Toca) y revisarla en el monitor del VAR.
